sábado, 14 de marzo de 2015

El Hierro, "Metal Precioso"




Casi todos sabemos que el hierro se encuentra en alimentos como las carnes, bifes de hígado, morcillas, pero paradójicamente, en nuestro país con la gran invasión de harinas y quesos, la falta de vitaminas y  minerales que aportan las frutas y verduras, el exceso de café, té  y mate, la anemia por falta de hierro es frecuente en niños, adolescentes y adultos.
La función principal del hierro es transportar el oxígeno a todo el cuerpo a través de la sangre. El oxígeno que forma parte de muchas sustancias en nuestro cuerpo y que en su forma gaseosa necesitamos constantemente, cuenta con un colaborador imprescindible que es el HIERRO.
 El hierro forma parte de la molécula de  hemoglobina,  un pigmento que se encuentra en los glóbulos rojos y dan su coloración. La hemoglobina es un compuesto fundamental para el transporte de oxígeno hacia todos los tejidos, por lo que su disminución manifiesta entre otros síntomas cansancio crónico,  evidenciándose aún más  a la hora de realizar actividad física.  

Una alimentación equilibrada tiene el suficiente hierro para cubrir las necesidades básicas de un individuo en condiciones normales. Una buena proteína de origen  animal o vegetal con una generosa porción de hortalizas cocidas (como la acelga o el brócoli) o crudas (como la rúcula y el berro),  con tomates o jugo de limón que poseen un alto contenido de vitamina C  que facilita la absorción del hierro, deberían conformar la base de nuestra alimentación diaria.
Es decir que el aporte de hierro en una persona que consume carnes (rojas o blancas) con verduras, legumbres, semillas y frutas secas está asegurado.
Una dieta vegetariana desequilibrada suele estar llena de harinas y quesos, dos productos que alteran la asimilación del hierro.
La leche de vaca la podría inhibir la absorción del hierro por su alto contenido en calcio y fósforo. Los quesos al tratarse de leche concentrada, consumidos en exceso, tienen un efecto aún más nocivo. La costumbre de gratinar las verduras con queso, o preparar tartas de verduras con este lácteo no sólo impide que se asimile el preciado metal, sino que si acompañan alguna carne, disminuye también la absorción del hierro que esta contiene.
El hierro de la leche materna se absorbe en un cincuenta por ciento porque es tan perfecta que posee elementos facilitadores de la absorción, que no ocurre con la leche de vaca.
La cantidad de hierro que se absorbe en el intestino depende de las necesidades del momento, a mayor demanda, mayor absorción. La principal fuente de reposición de hierro depende de los glóbulos rojos viejos que se van destruyendo y que  el organismo vuelve a utilizar.
Es importante considerar que la absorción del mismo se ve favorecido por la presencia en la alimentación de la vitamina C (cítricos, kiwi, frutillas, tomates, ají), vitamina E (aceite de girasol, oliva, maíz, almendras, semillas) cobre (acelga, papa, palta).
Por el contrario disminuyen su absorción el té común, café, mate, por eso no deben consumirse después de comer (no se incluyen en este caso los tés digestivos). El calcio dificulta su buena absorción, de allí  lo improductivo de tomar una leche fortificada con hierro.
Aquellos que decidan comenzar o realizan una dieta vegetariana deben  recordar que ninguna harina ni los quesos reemplazan a las carnes. Sólo los porotos y demás legumbres, algunos cereales y siempre bien combinados entre sí y con abundantes verduras, pueden sustituir un plan alimentario sin carne.
Cuando quieras producir un cambio en tu alimentación, es necesario  asesorarte por un especialista, de lo contrario el producto de las malas elecciones puede ser entre otros la disminución de este METAL PRECIOSO.     
Prof. Nancy Romeo (h) Inst. en Alim. Y Activ. Física



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