domingo, 15 de marzo de 2015

Cannabis, más que una plantita inofensiva...

      El consumo de cannabis se remonta a muchos siglos antes de nuestra era. A lo largo de la historia se han descripto usos médicos, religiosos y recreativos. Del mismo modo, desde siempre hubo referencias sobre sus efectos psicotrópicos negativos y su capacidad para generar dependencia. 


      La referencia más antigua que se posee sobre esta planta figura en un libro de la farmacopea china del año 2737 a.C., donde se le atribuye carácter medicinal para el tratamiento de diversas dolencias, como el reumatismo, la malaria y ciertos trastornos mentales.

      También se indica que una ingesta excesiva puede producir alucinaciones o “visiones diabólicas”.


      Sus efectos eran conocidos por los médicos griegos: Galeno hace referencia a que era convidada en los banquetes con el fin de producir alegría y risa. Herodoto, en el siglo V, hablaba de sus “propiedades embriagadoras”. 
      
      La marihuana es una mezcla gris verdosa de hojas, tallos, semillas y flores secas y picadas de la planta hembra de la cannabis sativa cuya fibra se conoce con el nombre de cáñamo, originaria de Asia Central.
       Actualmente es la sustancia ilegal más consumida en todo el mundo: se estima que la consumen aproximadamente 190.000.000 personas (el 4 % de la población mundial de entre 15 y 64 años, por lo menos una vez el último año).
      En América Latina, Argentina se ha convertido en el país de mayor consumo (cerca del 9%, con una edad promedio de inicio de 15 años).


       Es habitual escuchar que “no hace mal, es solamente una plantita, es natural…”, aunque sabemos que el tabaco es también “una plantita” y no por eso deja de causar cáncer, el opio es “natural” y a nadie se le ocurre afirmar que eso lo convierte en inocuo.
Como afirma la Dra. Débora Serebrisky (psiquiatra especializada en adicciones), “resulta alarmante la naturalización de su consumo y la ignorancia de sus efectos perjudiciales…”.
      Esta idea se ha instalado y crecido al amparo de discursos que la aseguran inocua. Se dice de la marihuana que no genera adicción, que es menos tóxica que el tabaco y que hasta puede resultar beneficiosa en algunas circunstancias.
      Tres "mitos" que gozan de una controvertida aceptación social y que la ciencia médica refuta. "Nada más alejado de la realidad", enfatizaron desde el Sedronar al difundir que uno de cada cuatro pacientes en tratamiento en centros dependientes del organismo estaban siendo rehabilitados por adicción a la marihuana.
      Los efectos de una sustancia en el organismo pueden ser de muy diversos tipos, dependiendo de la naturaleza de la propia sustancia, de la vía de entrada y de las características del sujeto que la consume. La cannabis contiene más de 400 componentes químicos, de los cuales se conocen al menos 60 cannabinoides (compuestos orgánicos que activan los receptores cannabinoides en el organismo humano) que son únicos de la especie.
     Por sus efectos psicoactivos el componente químico más importante es el THC (delta- 9 Thetrahidrocanabinol). Cuando se inhala marihuana, el THC llega rápidamente al cerebro a través de la sangre. Sus efectos se sienten a los pocos minutos y pueden durar hasta dos o tres horas. Puede ser retenido en el cuerpo hasta 45 por 45 días después de su introducción al organismo, alterando la concentración de neurotransmisores en el SNC.
      Un cigarrillo es suficiente para provocar, en un individuo de 80 a 90 kg de peso, la sintomatología mínima.
      El THC atraviesa con facilidad la barrera placentaria y, además, se acumula en la leche materna. Por su afinidad con los lípidos, se une a la grasa corporal provocando una prolongación de sus efectos y de su acumulación en el organismo.

      El consumo de marihuana es responsable de muy variados efectos sobre la salud, ya que actúa sobre la corteza cerebral, principalmente en las áreas que controlan la movilidad de los miembros, los órganos sensoriales y el comportamiento.
      A nivel psíquico, además de los efectos buscados por los usuarios de esta sustancia (euforia y relajación, alteraciones perceptuales e intensificación de experiencias sensoriales), su consumo puede producir efectos indeseables, como ansiedad y reacciones de pánico.
      Si bien la intoxicación con marihuana es leve, es una droga “traidora”, sobre todo para los más jóvenes, pues su deterioro se ve luego de muchos años generando el mentado “síndrome amotivacional” que produce el empobrecimiento emocional y consecuente deterioro de la personalidad. 

      Uno de los estudios más amplios sobre los efectos en la salud del uso persistente de cannabis revela que deteriora el coeficiente intelectual y que afecta la memoria y otras funciones mentales. Los daños, aseguran los científicos, son irreversibles.  
      A nivel físico su consumo prolongado produce, entre otros efectos:
-Pulmonares: la marihuana contiene más alquitrán que el tabaco, el cual tiene numerosos carcinógenos como acetona, amonio, benceno, antraceno y benzopireno. Los fumadores de marihuana desarrollan una menor capacidad de difusión pulmonar y un flujo expiatorio forzado, puesto que inhalan profundamente, retienen el humo en sus pulmones por un período más largo de tiempo, fuman el cigarrillo completo y el humo no es filtrado. Además, produce irritación en la mucosa nasofaringe y bronquial, incrementándose el riesgo de sinusitis, faringitis, bronquitis con tos persistente, enfisema y displasia pulmonar.
-Cardiovasculares: aumento temporal de la frecuencia cardíaca (en un 20-50 %) y alteraciones en la presión arterial.
-Endócrinos: disminución de las hormonas sexuales. En el varón se reduce el número y la movilidad de espermatozoides, así como aumenta la presencia de anomalía en estos, ya que pueden verse alterados los cromosomas. En la mujer se produce una interferencia en la ovulación e irregularidades menstruales.

-Psicomotrices: cierta torpeza en la coordinación del movimiento y el equilibrio. Daña el buen pulso. Dificulta el desempeño en tareas complejas. El consumidor tiene incapacidad de prestar atención constante y de asimilar procesos de información complejos. Se dificulta el manejo de automóvil, el pilotaje de avión y la operación de otras máquinas. Las dificultades en este desempeño pueden durar hasta 10 horas después de iniciarse el estado elevado.
      Después de lo presentado en este artículo, parece que la Cannabis es más que una plantita inofensiva...

                                                    -Lic. Marcelo A. Bragiola-

2 comentarios: