jueves, 25 de septiembre de 2014

Imagen corporal y obesidad

     Muchas personas llegan a Vientos de Salud por la idea que tienen de su cuerpo: “Me veo mal”, “No me soporto, me siento gorda”, “Quiero adelgazar, no encuentro ropa que me quede bien”... Por lo general consultan no por su conducta alimentaria sino por el aspecto de su cuerpo.

     A las personas obesas, en general, no les gusta mirarse al espejo ni sacarse fotos. Algunos adelgazan y siguen viéndose gordos. Otros están gordos y no se dan cuenta cuánto. El cuerpo es vivido como algo indescifrable, como una especie de masa sin forma.
     Considero importante destacar dos conceptos que están profundamente imbricados entre sí: esquema e imagen corporal.
     El esquema corporal es la representación de las propiedades del cuerpo (longitud y tamaño de los miembros), así como de la postura en que está cada parte del cuerpo, aún con los ojos cerrados. Se construye desde la estructura biológica.
     Se conforma mediante:
-Las sensaciones interoceptivas: provienen de los órganos internos del cuerpo, como las vísceras, y nos dan información acerca de las mismas (por ejemplo, dolor de estómago).
-Las sensaciones propioceptivas: relacionadas con los movimientos del cuerpo y con la posición , como el movimiento de los brazos y piernas, a partir de los estímulos recibidos de los músculos, tendones y articulaciones. El sistema propioceptivo se encarga de indicar al cerebro si el cuerpo se está moviendo, así como también la posición relativa de sus diversas partes con respecto a otra.
-Las sensaciones exteroceptivas: provienen del exterior a través de los sentidos, dándole al sujeto información y referencia sobre el mundo que lo rodea.

     La imagen corporal es una construcción psíquica. Se construye desde la experiencia relacional, emocional y vincular. Se trata de la representación del propio cuerpo que tiene el sujeto. Es propia de cada uno y está ligada a la historia singular del sujeto. Es el resultado de la experiencia vivida en la comunicación con su entorno. 
     Influye en nuestros pensamientos, sentimientos, conductas y en el modo en que nos ven los demás.

     El ser humano confirma su presencia desde el cuerpo, que lo presenta, y es desde allí que se encuentra con el mundo, con los otros.
     Desde su nacimiento el niño establece un diálogo corporal con el entorno, motivado por sus necesidades.
     Con el paso del tiempo se va estableciendo un espacio de diferenciación entre el cuerpo propio y el materno, y el lenguaje se irá enriqueciendo: del caos sensorial, desordenado, podrá ir organizando su cosmos; la aparición de la palabra se sumará a este proceso de representación y simbolismo.
     El cuerpo al que nos referimos no es sólo el orgánico -que sostiene un conjunto de músculos, huesos y articulaciones y encierra una serie de órganos y sistemas- sino el lugar de integración de estructuras bio-psico-socio-afectivas que, a lo largo de un recorrido histórico, constituye el sujeto. Desde nuestra concepción integra el sentir, el pensar y el hacer.
     A su vez, el cuerpo que habita un espacio, lo hace en un tiempo, un orden temporal que da sentido de duración, de pasado, de futuro, de hoy y ahora. Desde el origen mismo de la existencia humana y las primeras relaciones, la espera, la satisfacción de necesidades, la intensidad con que se vivieron los momentos, fueron significando nuestro hacer en el mundo e inscribiéndose en nuestro cuerpo presente.
     El descubrimiento y nuestra vinculación con el propio cuerpo implica un aprendizaje progresivo de intercambio y comunicación.

     Tener una preocupación exagerada o no ver la realidad de cómo nos vemos pueden constituir una distorsión de nuestra apariencia física, la cual puede ser señal de un trastorno de la imagen corporal.
     Generalmente las alteraciones de la imagen corporal están relacionadas con las posibles perturbaciones emocionales vivenciadas en las primeras experiencias infantiles.
     En pacientes obesos suelen presentarse alteraciones en tres áreas, las cuales se encuentran interrelacionadas:
-Alteraciones de la figura: déficit y/o exceso en la apreciación de las dimensiones corporales, en forma total o parcial.
     Hay pacientes, por ejemplo, que tienen una idea correcta de su peso pero creen tener un ancho de caderas mucho mayor o menor que el real.
-Alteraciones del contenido: dificultad en el conocimiento de todas las sensaciones y funciones corporales. Se incluyen las dificultades de reconocimiento de las sensaciones de hambre-saciedad.
-Alteraciones del significado: trastornos psicopatológicos subyacentes. Comprenden desde la preocupación obsesiva por centímetros o gramos de exceso, otras exteriorizaciones como miedo de ver reflejada la propia imagen, hasta renegaciones llamativas del tamaño corporal. También se incluyen los trastornos de la identificación sexual.
     
     Es importante reflexionar acerca de cómo nos sentimos con nuestra propia imagen corporal, ya que hay una gran relación entre esta y los trastornos ligados a la alimentación.
                                                                              Lic. Marcelo Bragiola

jueves, 21 de agosto de 2014

Sobrepeso, discriminación y enfermedad social

     Durante estos días parecen haber recrudecido mensajes discriminatorios vertidos por supuestos “buenos periodistas” y políticos de baja monta, desde el prejuicio y un profundo desconocimiento intelectual.
     A partir de esto y después de haber leído una encuesta sobre discriminación realizada por la UNICEF decidí escribir este artículo, ya que es un tema que me preocupa no sólo como psicólogo y docente, sino también como argentino.
     


     Según la encuesta hecha entre 900 chicos de entre 13 y 18 años de diversos centros urbanos de nuestro país el lugar donde más se discrimina es en la escuela. Le sigue la calle.
     El aspecto físico es el principal motivo de discriminación, que incluye el tamaño y el peso, es decir, “ser gordo”.        También el color de la piel, que se relaciona con la nacionalidad. El 20 % de los encuestados justifica la discriminación porque “no todos somos iguales”.

      Según el diccionario el origen del término  discriminar se remonta al vocablo latino “cernere”, cuyo significado original era “separar”, “distinguir”. Pero si atendemos a las palabras por su sola etimología podemos equivocar el camino a la hora de tratar de entender su significado en relación a una conducta personal o social.
     Aunque parezca paradójico podríamos hablar de la discriminación desde dos puntos de vista:
-En sentido positivo, ya que supone discernimiento, diferenciación, reconocimiento y aceptación. Se trata de la capacidad para identificar las cualidades y reconocer las diferencias entre las cosas, objetos o personas (actividad propia del proceso mental). Esto nos permite notar una diferencia entre una cosa y otra.
-En sentido negativo, que es el tema principal de este artículo. Consiste en dar un trato de inferioridad a una persona o grupo por motivos físicos, raciales o étnicos, sexuales, socio-económicos, estéticos, por edad o por enfermedad. Surge cuando uno hace sentir mal a un otro, alguien que se arroga el derecho de hacerle sentir a otro que es diferente, que está en un nivel de inferioridad.
     Entre la discriminación en sentido positivo y la discriminación en sentido negativo existe una relación inversamente proporcional. Cuanta mayor capacidad para discriminar- en el sentido positivo o simbólico- tenga el sujeto, más preservado estará de llevar adelante acciones discriminatorias en el sentido negativo o injusto.
     Correlativamente será el sujeto con escasa capacidad de discernimiento el que más fácilmente caerá preso en la lógica de la discriminación social. Si la visión del diferente lo descompensa al punto del odio o lo repulsa, es justamente por su escasa capacidad para discriminar. Al ser pobre para las distinciones finas, la presencia del semejante siempre lo excede en complejidad, despertando en él un renovado apetito paranoide.
     La discriminación como hecho social necesita resaltar una diferencia o marca específica del colectivo discriminado. La relación entre las diferencias se puede plantear de forma competitiva o agresiva-defensiva.
En el proceso de discriminación la relación es desigual: un polo domina al otro. Esto se traduce en actitudes y prácticas discriminatorias.
     En el trato igualitario, como opción alternativa, se resaltan las coincidencias dentro de la diversidad. La relación entre las diferencias se plantea como complementariedad o, al menos, desde la tolerancia. La competencia se puede dar desde la igualdad de oportunidades y de poder entre las partes.

     La problemática de este tipo de discriminación fue estudiada por Freud, quien habló del “narcisismo de las pequeñas diferencias” (en Moisés y la religión monoteísta), relacionando esto con la agresividad constitucional en el ser humano.
     Además de esta inclinación agresiva influyen las condiciones históricas que moldean la aparición de la discriminación en distintas épocas, resaltando ciertos aspectos más que otros. Por ejemplo, en la Argentina actual la discapacidad o la homosexualidad, dos clásicos motivos de discriminación, ya no parecen estar entre los temas que más se estigmatizan o agreden (o al menos esa es la percepción que tienen los jóvenes encuestados), aún cuando algunos grupos quasi medievales sigan intentando hacerlo.
     En cambio se sobrevalora la apariencia y la belleza física. La delgadez es tomada como un valor supremo. Así el obeso es visto como aquello a lo que se tiene miedo y no se quiere ser. La gente tiende a pensar que “está así porque quiere”, “no tiene voluntad” o “no quiere adelgazar”. Se ve al obeso como alguien carente de voluntad y compromiso, un prejuicio incierto e infundado.

     ¿Por qué la escuela es el ámbito donde más se discrimina según esta encuesta? La escuela es el lugar donde los chicos están la mayor parte del tiempo y, además, allí están entre pares. Aquellos que se suponen más fuertes proyectan sus propias inferioridades a quienes consideran más débiles. Allí aparecen los "gordos".
Si bien éste es el ámbito donde más se dan estas situaciones, los comentarios o las ideas no surgen allí sino en las casas. Frases, ideas y posturas sobre estos temas nacen en el hogar.
      ¿Cómo se revierte una situación tan arraigada culturalmente? Ese podría ser tema para otro artículo, pero sería bueno que pudiéramos ir dialogando en casa y en la escuela sobre estas cuestiones. La salud implica también diálogo, apertura, aceptación de las diferencias, flexibilidad, integración, inclusión…

Lic. Marcelo Bragiola 

martes, 12 de agosto de 2014

En Vientos de Salud te ofrecemos...

     EDUCACIÓN ALIMENTARIA
  • Diagnóstico
  • Programa de descenso de peso
  • Plan alimentario
  • Seguimiento y apoyo personalizado


     ACTIVIDAD FÍSICA
  • Gimnasia
  • Esferodinamia
  • Danza para adultos principiantes



     ACTIVIDAD ESPECIAL PARA
  • Embarazadas
  • Tercera Edad
  • Hiperobesidad
   


     MASOTERAPIA - REFLEXOLOGÍA
  • Drenaje linfático
  • Masajes: relajantes, descontracturantes, con piedras calientes y frías
  • Aparatología: Ondas Rusas y Radiofrecuencia



     TERAPIA INDIVIDUAL

miércoles, 16 de julio de 2014

-¡Superalimentos al rescate!!!-



Hay alimentos “super nutritivos” que no deberían faltar en la alimentación si queremos sentirnos con mucha energía. Por desconocimiento o falta de hábito, los abandonamos en alacenas, góndolas o heladeras.

 Comencemos por las legumbres y derivados. Aportan moderada cantidad de calorías, contienen hidratos de carbono de absorción lenta, fibra, proteínas vegetales, vitaminas del complejo B (excepto B12), minerales y fitoquímicos.
En este grupo se encuentran las lentejas, los porotos comunes y de soja, los garbanzos, las arvejas, las chauchas, las habas y sus derivados (harinas, panes, galletitas, milanesas, hamburguesas, bebidas).

La proteína de soja ayuda a mantener la salud del corazón por disminuir el colesterol total y el LDL o “colesterol malo”. Es fuente de fitonutrientes en especial, isoflavonas, que pueden contribuir al mantenimiento de los huesos evitando la osteoporosis. En el caso de las mujeres ayudan a prevenir  los sofocos en la menopausia. También pueden contribuir al correcto funcionamiento del sistema nervioso y de defensa.
Los alimentos que nos proveen proteínas de soja son los porotos, brotes, harina, bebida de soja, hamburguesa vegetal y tofu.  
El tofu llamado “queso de soja”, es un alimento originario de oriente, producto de la coagulación de la leche de soja. Tiene una textura firme parecida al queso, sabor delicado y color blanco crema.
Con el tofu se logran preparar las mismas comidas que con la carne. Se utiliza en preparaciones como estofados, albóndigas, croquetas, sopas, guisos, combinado con vegetales y cereales.
Posee proteínas de excelente calidad, se digiere fácilmente, además aporta calcio y 100 g de tofu otorgan sólo 137 calorías.
El grano entero de los cereales: trigo, avena, cebada, centeno, mijo, maíz, arroz integral y los cereales incas: quínoa y amaranto conservan diferentes capas, cada una de ellas es una generosa fuente de variados nutrientes: proteínas, grasas, vitaminas del complejo “B”, minerales y fibra. Por el contrario, el arroz blanco, la harina de trigo blanca y las féculas, las pierden.
Las frutas secas y semillas, generalmente reservadas para la Navidad son una inyección de aceites buenísimos como omega 6, 9 y 3, nutrientes que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares. También aportan fósforo, potasio, calcio, magnesio, selenio, vitamina E, zinc, cobre, fibra.
Las nueces, almendras y el girasol pueden incorporarse como colación o en preparaciones. Se recomienda comer diariamente 5 mariposas de nuez (65 calorías), ó 10 almendras (55 calorías), ó 15 maníes (60 calorías). Como verán  estas cantidades no serán responsables del sobrepeso.
Las semillas de lino son recomendables consumirlas molidas para poder absorber bien sus nutrientes ya que la cáscara es muy dura. Se pueden dejar en remojo toda la noche y luego licuarlas con otras semillas y alguna fruta de estación para obtener un desayuno energético y desintoxicante.
Las semillas de sésamo son muy ricas en calcio, sales minerales, proteínas y vitamina A. Su alto contenido en grasa de buena calidad y lecitina ayuda a disolver el colesterol y nos protegen contra el agotamiento nervioso y mental.
Es práctico y saludable reemplazar en la mesa el dañino salero por una mezcla de  diferentes semillas y espolvorear nuestras comidas.
Cuando hablamos de calcio lo más frecuente es pensar en lácteos (consumirlos preferentemente descremados), pero olvidamos las fuentes vegetales como brócoli, berro, acelga y espinaca, higos secos, ciruelas desecadas, porotos de soja, garbanzos, avellanas, almendras y semillas de sésamo como mencionamos anteriormente.

Cada uno de nosotros podrá evaluar cuáles de estos “SUPERALIMENTOS” necesitamos rescatar y cuánto mejor si incluímos a nuestra familia en esta “Misión Rescate”.
- Nancy Romeo (h) Inst.en Alimentación, Salud y Activ. Física  -

sábado, 12 de julio de 2014

El cuerpo habla: las enfermedades psicosomáticas

      Después de numerosas visitas a varios médicos persiste el malestar físico, pero nadie da con su problema. Los mismos medicamentos, el mismo diagnóstico, pero nada le resuelve ese padecimiento…

      El uso del término "psicosomático" proviene de la medicina ante los límites del saber médico, al no poder dar explicación a algunos fenómenos orgánicos que se presentaban en ciertos pacientes.
      Esta palabra deriva del griego "psiché" (alma) y "soma" (cuerpo).

      El cuerpo es escenario de acontecimientos ligados a las emociones o -como dice el escritor austríaco Peter Altenberg- “La enfermedad es el grito de un alma agredida”.
      Hipócrates (padre de la medicina) introdujo la idea de unidad funcional del cuerpo. “El cuerpo humano es un todo, cuyas partes se interpenetran. El cuerpo tiene un elemento interior de cohesión, el alma; ella crece y disminuye, renace en cada instante hasta la muerte; es la gran parte orgánica del ser”. Él consideraba al hombre como una unidad organizada, pero pasible de desorganizarse, y tal desorganización contribuiría a la emergencia de una enfermedad.

      Las enfermedades psicosomáticas se originan de un conflicto psíquico que se expresa a través de un síntoma físico. Las emociones y sentimientos que no se pueden exteriorizar o procesar psíquicamente se manifiestan a través del cuerpo. Se manifiestan en el aparato digestivo, en la piel, en el sistema respiratorio, a nivel muscular u hormonal, además de que suelen provocar disfunciones sexuales. Por ejemplo una persona que sufre depresión, generalmente por largo tiempo tendrá debilitado su sistema inmunológico y estará vulnerable ante cualquier infección, desde una gripe hasta una enfermedad grave. 

      La idea de que la "mente" y el "cuerpo" forman una unidad indivisible está presente en el psicoanálisis desde sus comienzos, desde Freud.

      El psicoanálisis habla de fenómenos psicosomáticos para referirse a aquellas marcas o lesiones en el cuerpo que tienen cierta fijeza a lo largo del tiempo, muchas veces relacionadas con sucesos biográficos del paciente como pérdidas significativas, por ejemplo. Consideramos al cuerpo como una realidad que se construye, sin un carácter primario o innato, cuyo medio de expresión es el lenguaje simbólico.
      Podríamos decir que el fenómeno psicosomático es el “encuentro” de un estado emocional con ciertas partes del cuerpo biológico en un acontecimiento puntual de la vida del sujeto.

      Nuestra labor como terapeutas consiste principalmente en articular el cuerpo con el lenguaje, intentando devolverle la palabra al paciente que se halla transformado en “un cuerpo que padece”.
      En personas con este tipo de afecciones es aconsejable abordar el tratamiento a través de un equipo médico-psicológico, teniendo en cuenta el origen orgánico y psicológico del cuadro.


                                                                       Lic. Marcelo A. Bragiola

miércoles, 2 de julio de 2014

Decodificación de la Memoria Celular


A lo largo de nuestras vidas experimentamos situaciones que nos producen estrés, estas vivencias se fusionan con una emoción y generan un  patrón energético que  condiciona nuestras respuestas cuando nos enfrentamos a desafíos emocionales que queda grabado a modo de holograma en nuestras células y asociamos al hecho percibido como traumático. Aunque sepamos que esta conducta no sea adecuada, la implementamos automáticamente respondiendo al instinto de supervivencia. Buscamos la respuesta conocida como vía de escape más segura, quedando sin posibilidad de discernir y elegir libremente.
Pero…no todo está perdido!!  Esta realidad la podemos modificar con la utilización de la Decodificación de la Memoria Celular, técnica holística que toma principios básicos de la medicina china y de la física cuántica incorporando el intento.
Nuestras células son una especie de “autobiografía” ya que ellas guardan la información que traemos al nacer (ancestros y herencia genética), los registros de acontecimientos que experimentamos durante nuestra vida (pensamientos, palabras y hechos), nuestro sistema de creencias personal y el potencial bloqueado. Con la técnica de Decodificación de la Memoria Celular podemos descubrir y desactivar los mecanismos de respuesta automática que nos impulsan a repetir experiencias dolorosas y simultáneamente, desarrollar nuestras capacidades inherentes. Permite detectar y liberar los bloqueos ocasionados  por esas vivencias,  borrando los patrones energéticos al separar la emoción negativa de la conducta aprendida, permitiéndonos recuperar la libertad perdida, a la vez que nos  equilibra y armoniza.
La Decodificación de la Memoria Celular  utiliza  la técnica de Testeo Muscular para defusionar el estrés del hecho traumático acontecido,  recuperar una gran cantidad de energía  que habíamos perdido, acceder a recursos que estaban bloqueados  y  así poder elegir una nueva conducta o respuesta ante las situaciones que se nos presentan.
Al liberarnos de las cargas que nos atan al  pasado nos sentimos más libres para conectarnos con nuestra esencia, expresar nuestro potencial y relacionarnos con el mundo de forma más integral, alegre y productiva.
Mediante esta técnica podemos trabajar  nuestras limitaciones  y  bloqueos, ya sean miedos, fobias, compulsiones, obsesiones, ira, sufrimientos, trastornos de conducta, adicciones, somatizaciones, relaciones interpersonales, y dificultad de manifestarnos en las distintas áreas de nuestra vida, posibilitando un mayor grado de realización y plenitud personal.
La Decodificación de la Memoria Celular  es una terapia en sí misma y además se convierte en un excelente complemento de otras especialidades (Psicología, Psicopedagogía, Medicina, Osteopatía, Técnicas de conocimiento personal, etc.) ya que con su efecto se allana el camino para que las intervenciones específicas actúen de manera más rápida y eficaz.
Es adecuada para todas las edades ya que no agrede al cuerpo durante ninguna etapa de su implementación.
Las sesiones se realizan en forma individual y tienen una duración aproximada de una hora. La frecuencia entre sesiones varía de persona a persona, aunque generalmente es de tres a cinco semanas aproximadamente.
                                                                                                       
                                                                                                                  Lic. Andrea C. Romeo
                                                                                             Facilitadera de D.M.C.
                                                                                                           Psicopedagoga  


martes, 24 de junio de 2014

Hidratos de Carbono y el "Sube y Baja de la Glucosa"


En la actualidad las investigaciones señalan que existen varios factores que hacen que un alimento sea más o menos “engordante” y más o menos saludable.
Por ejemplo, los quesos tienen proteínas de alta calidad, son ricos en calcio, pero no es lo mismo un queso descremado que uno entero.
Por otra parte la cocción y combinación de grasas y/o proteínas de los alimentos, la fibra, la acidez y la combinación de alimentos de Alto Indice Glucémico (IG) con otros de Bajo IG también influyen.  
El Indice Glucémico representa cómo aumenta el azúcar en sangre (glucemia) luego de ingerir un alimento que contiene hidratos de carbono.
El IG, según su valor, se clasifica en bajo, medio o alto.

Aquellos hidratos de carbono que se absorben rápidamente tienen un IG más alto porque producen una suba de la glucemia rápida y alta, y a su vez, son más calóricos. Algunos ejemplos son pan blanco, papa, arroz blanco, harinas blancas y sus derivados, golosinas, azúcar, miel, gaseosas.

En cambio, aquellos que se absorben más lentamente producen una suba menor y más lenta, son los que tienen IG más bajo y, por lo tanto, son menos calóricos. Entre ellos se encuentran las hortalizas, frutas frescas y secas, legumbres, semillas y cereales integrales.


El ritmo de absorción de los hidratos de carbono es importante para la salud de todos, sobre todo para las personas que desean bajar de peso y para los diabéticos.
Una de las ventajas comprobadas del consumo de alimentos con bajo IG es que evita la elevación brusca de la glucemia, perjudicial para las arterias que, además, se acompaña de una menor liberación de insulina, hormona que facilita el depósito de grasa en el cuerpo y aumenta el apetito.
Los alimentos con bajo IG:
  • Otorgan saciedad
  • Disminuyen el apetito
  • Disminuyen el riesgo de desarrollar diabetes y enfermedad coronaria
  • Disminuyen la grasa de la sangre
  • Mantienen los vasos sanguíneos elásticos. Reducen la formación de placas que causan rigidez a las arterias (ateroesclerosis)

Existen factores que influyen en el IG de un alimento. Uno de ellos es la cocción; cuanto más cocinamos un alimento mayor es su IG, por lo tanto no es lo mismo una zanahoria rallada que cruda o el arroz hervido durante 6 minutos que hervido durante 16 minutos.
Lo mismo ocurre con las pastas; si son al dente tendrán un IG menor que si no lo son.
La fibra de los vegetales es otro factor favorable, pues retrasa el vaciamiento del estómago y enlentece su absorción.

La acidez de los alimentos también retrasa el vaciamiento gástrico, provocando una digestión más lenta que favorece la saciedad y disminuye el IG. Esto se puede lograr agregando limón o vinagre a las comidas.

Por lo tanto, si deseás tener un peso saludable y que tu glucosa se mantenga en los valores normales, no focalices tu atención solamente en las calorías.

  Prof. Nancy Romeo (h) Inst. en Alimentación, Salud y Activ. Física