viernes, 28 de marzo de 2014

El acto de comer como modelo vincular

Si tenemos que pensar en la alimentación como una conducta alimentaria deberíamos pensar en el acto de comer, considerándolo como un acto cultural y fisiológico de supervivencia y de placer, pero también un aspecto característico de la vida familiar.
La alimentación constituye la primera experiencia del vínculo afectivo, es decir, que es la primera experiencia de amor con la madre, modelo de lo que será posteriormente el tipo de vínculo que el sujeto será capaz de establecer con los demás a lo largo de su vida. Por esa razón las primeras experiencias alimentarias, incorporadas por las vivencias de gratificación y/o frustración, se incorporan desde ese vínculo primitivo con esa madre.

La madre es para los niños el ser de quien más dependen. Por esto -y por ser la primera persona con quien se vinculan- es vivida como una figura poderosa de quien necesitan todo, sintiendo que es quien comprende y traduce todas sus necesidades: el hambre, el frío, el dolor, el miedo, la protección...
Por su parte, para saciar esas necesidades, la madre intenta cubrir esas demandas del niño -que muchas veces son un enigma para ella. De acuerdo a sus aciertos y errores también ella se gratifica o se frustra -generándose frecuentemente la consiguiente angustia en ambos- hasta el aprendizaje del código de vínculo que entre ellos se establece para el logro del “equilibrio” (entre las necesidades del niño y las posibilidades de satisfacción de parte de la madre).

Si bien el acto de succionar está biológicamente implícito en el bebé, el acompañarlo en ese aprendizaje depende de la paciencia y tolerancia que la madre empeñe para que él pueda disfrutar placenteramente del acto de alimentarse, respetando la modalidad y los tiempos individuales que cada niño tenga. Esa actitud de acompañamiento, tolerancia y espera en el tiempo de alimentar al bebé es la que lleva implícito el amor, ese sentimiento que de este modo imprime junto con el alimento en el niño, esa vivencia del amor que marcará definitivamente en el niño para toda la vida la modalidad de vínculo y sentimiento que también él tenga en el dar en relación a los demás.
Si, por el contrario, en ese primer vínculo con la madre se producen trastornos, se incorpora la experiencia de insatisfacción o de frustración que muchas veces va ligada con sentimientos de rechazo y de temor a ser abandonado por ella, pues es privado del sentimiento del placer de recibir, del acto espontáneo del dar implícito en una madre que ama.
La internalización a través de las acciones que rodean al alimento en ese vínculo madre-hijo constituye un factor muy importante –aunque no el único- que puede llevar a diversos trastornos tales como la obesidad, la anorexia y la bulimia, los cuales generalmente “se desencadenan” en la adolescencia. Por ello es fundamental abordar cualquier problemática alimentaria teniendo en cuenta el contexto familiar.
Las condiciones afectivas con las que el sujeto aprendió a comer están sumamente relacionadas con las pautas de convivencia con las que crecerá, con su forma de vincularse con el mundo.
Cabe aclarar que cuando hablamos de la relación madre-bebé nos referimos fundamentalmente a la calidad de dicho vínculo, el cual trasciende el hecho de que la madre lo amamante o no –teniendo en cuenta que muchas de ellas no pueden hacerlo por diferentes motivos. Lo que realmente cuenta es el modo en el que ella se comunica con él.

Lic. Marcelo A. Bragiola

martes, 25 de marzo de 2014

Actividad Física, una aliada imprescindible




    Nunca es tarde para comenzar una vida más sana y mejor.
Caminar, dejar de fumar, comer más sano, tomar menos alcohol...No importa la edad, ni el estilo de vida que se haya llevado. Estudios demuestran que es posible recuperarse con sólo cambiar de hábitos.
    Debemos tener en cuenta que los cambios deben ser paulatinos y progresivos, la “ley del todo o nada” no funciona. Hoy les propongo comenzar por el MOVIMIENTO. 
    El ejercicio moderado puede acomodarse a la rutina personal y laboral. Es un arma poderosa para evitar enfermedades crónicas y no necesita ser arduo para resultar beneficioso. Llevar una vida activa otorga bienestar a cualquier edad. 
    La falta de actividad física, juntamente con la mala alimentación y uso de tabaco, producen más de dos millones de muertes por año.
    Por el contrario, la actividad física regular: -Mejora la circulación del músculo cardíaco y por lo tanto previene enfermedades coronarias bajando el riesgo de muerte por enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.
-Disminuye la presión arterial y ayuda a prevenir las enfermedades asociadas.
-Aumenta la capacidad pulmonar.
-Estimula la oxidación de los lípidos y, por lo tanto, disminuye la grasa corporal.
-Previene la diabetes en el adulto y reduce el riesgo de cáncer de colon.
-Disminuye los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
-Fortalece la masa ósea y previene enfermedades como la osteoporosis.
-Aumenta el tamaño y fuerza de los músculos.
-Otorga flexibilidad a los músculos brindando al cuerpo una sensación de libertad de movimientos.
-Contribuye al bienestar psicológico, reduce el estrés. Ayuda a combatir alteraciones psíquicas como la ansiedad o la depresión, y funciona como un ansiólitico natural.
-Regula los ciclos del sueño.
-Mejora la autoestima y el humor.
-Ayuda a sociabilizarnos y comunicarnos con otras personas.
-Modifica la composición y la figura corporal, reduciendo los casos de obesidad en un 50%”.
-Controla el apetito y regula el metabolismo basal.
    Por todo lo mencionado y mucho más abandonar el sedentarismo y elegir el movimiento es una muy buena elección.
Un elemento para tener en cuenta es que 30 minutos de actividad diaria  pueden acumularse en el transcurso de la jornada. También las actividades cotidianas como caminar, subir escaleras, andar en bicicleta, realizar tareas domésticas como limpiar pisos o la jardinería, permiten alejarnos del sedentarismo.
    Ahora, si bien 30 minutos diarios contribuyen muchísimo, también es importante tener presente que al aumentar el tiempo, la intensidad y la frecuencia se obtienen mayores beneficios.

    Es frecuente que dentro de muchas propuestas para bajar de peso se prescriba realizar Actividad Física como un complemento de la dieta. Pero en VIENTOS de SALUD entendemos que no es un complemento, sino un pilar tan imprescindible como el Plan Alimentario.  
    Para algunas personas el problema surge cuando los atrapa la pereza, prefieren un mullido sillón a las zapatillas y acusan falta de tiempo. Otros piensan que no van a poder hacerlo. Pero reconociendo los beneficios ¿No vale la pena intentarlo?
Lo importante es encontrar la actividad que más nos agrade para que sea placentera y perdure en el tiempo, como también elegir la compañía, y el profesional que nos permita alcanzar nuestro objetivo.

                                                               Prof. Nancy Romeo (h) 



Arco Iris en el Plato de chicos...y grandes




Es un buen propósito que los chicos aprendan a comer más frutas y verduras. Cada una de ellas se atesorará en su pequeño cuerpo  brindando riqueza de vitaminas y minerales a lo largo de sus vidas. Opuestamente reducirán la posibilidad de adquirir patologías como obesidad, hipertensión, diabetes tipo 2, colesterol alto entre otras.
Es necesario reconocer que si los adultos no consumimos vegetales o no los presentamos en la mesa oscurecemos el camino para ver el arco iris en la mesa familiar.
Cuando en nuestro plato aparecen muchos colores, sin saber demasiado sobre nutrición tenemos la pauta de que estamos mejorando nuestra alimentación.
Podemos destacar entre los numerosos nutrientes de las verduras, la VITAMINA A, porque ésta se encuentra en la mayoría. La vitamina A cumple una función esencial en la visión, ya que permite percibir detalles cuando la luz es tenue.
Para llamar la atención de los niños, se les podría enseñar que las verduras tienen muchas vitaminas que los ayudan a ver mejor en la oscuridad, a estar sanos y fuertes.
Es importante que los chicos se familiaricen con las FRUTAS, conozcan sus variedades y la importancia de comerlas. Entre los distintos nutrientes de las mismas elijo destacar la VITAMINA C, porque en mayor o menor medida se encuentra en todas las frutas frescas.
La vitamina C aumenta nuestras defensas y ayuda a la formación de colágeno, una proteína fundamental para la salud de la piel; -“Si te lastimás jugando la herida se curarà muy rápido”…
Para lograr que los niños conozcan y acepten las distintas frutas y verduras, es necesario que las prueben hasta en 15 oportunidades.
Cada vez que ofrezcan una misma fruta prueben distintas formas de presentación o preparación, por ejemplo banana cortada en rodajitas formando una espiral, licuada con leche, mezclada con otras frutas  y/o con yogur …
Aprender cuáles son las frutas de estación e inclusive ir a comprarlas juntos con sus mochilas, carritos, changuitos o camioncitos les podría resulltar divertido.
Reemplazar las golosinas por alguna fruta fresca, frutas desecadas o secas (pasas de uva, almendras, nueces…) es  una buena sugerencia como también alentarlos a que participen en la preparación de las mismas para su consumo: lavarlas, cortarlas, pisarlas, decorar platos formando figuras. Lo mismo con los vegetales, hay que dejar que nos ayuden a lavarlos, escurrirlos, cortarlos o  a preparar alguna receta.
Es inevitable que estas actividades se conviertan en un acto de amor y comunicación.
Cuando al niño no le guste alguna verdura, no forzarlo. Conviene intentar en otro momento, con mucha paciencia y de una forma diferente: tomates cherries, tomates rellenos, salsa de tomate, rodajas de tomate en una pizza…y lo que la imaginación despierte.
Es importante no “chantajear” a los chicos para que coman verduras (“Si comés la ensalada podés ir a jugar”).  
En la cocina la creatividad y el ingenio siempre deben estar presentes, y para despertar la curiosidad de los “bajitos” no hace falta ser un experto cocinero.
Podemos disfrazarlas agregándolas a comidas que ya les gustan, transformarlas en distintas preparaciones: milanesas, purés, brochettes, croquetas, hamburguesas, salteadas con pollo y arroz, pizza de vegetales o de cualquier otra manera que se nos ocurra.
Como todo hábito nuevo lo incorporaremos paulatinamente; la repetición del mismo y la decisión del cambio nos permitirá afianzarlo.
Los chicos y nosotros iremos desplazando la comida poco saludable hacia una nube tormentosa para que en nuestro hogar brille un luminoso y colorido ARCO IRIS

Nancy Romeo (h), Inst. en Alimentación, Salud y Activ. Física.  


   





  

martes, 18 de marzo de 2014

Horarios de Nuestras Actividades


  • Gimnasia
       Lunes y Miércoles: 9 hs.
       Martes y Jueves: 19 hs.

  • Talleres de Descenso de Peso y Educación Alimentaria
        Lunes: 10 hs.  
       Jueves: 18 hs.  


  • Programas de Descenso de Peso Individuales:
       Solicitar turno

  • Danza Jazz para adultos principiantes
          Viernes: 9  a 10,30 hs.

Si te gusta bailar ANIMATE  a esta aventura. No importa que nunca hayas tomado clases de danza o cual es tu aptitud física. Te invitamos a introducirte  en la técnica de la Danza Jazz, divertirte y bailar  con el cuerpo y el corazón.  

Solicitar turnos para:

  • Masoterapia
  • Reflexología
  • Drenaje Linfático
  • Ondas Rusas, Radiofrecuencia corporal


  • Terapia Individual: Lic Marcelo Bragiola   Cel:  116 462-1098                 
Tel. 4451-4633   Cel: 115 114 4683

Hay posibilidad de abrir nuevos horarios a partir del mes de abril.

¡Los esperamos!!!


El abordaje de la obesidad

Desde hace décadas la OMS (Organización Mundial de la Salud) considera la obesidad como una enfermedad crónica vinculada con más de trescientas enfermedades, como la diabetes, las patologías cardiovasculares, la hipertensión y el ACV, entre otras. Por esta razón, a nivel mundial se ha convertido en la segunda causa de muerte prevenible después del tabaquismo.
Creemos importante su abordaje desde un enfoque bio-psico-social, teniendo en cuenta la singularidad de cada persona.
Partimos de la idea de que no podemos trabajar sin tener en cuenta que somos sujetos atravesados por múltiples factores: fisiológicos, psíquicos, sociales…

La obesidad no tiene una causa única, sino que obedece a una multicausalidad. Existen diferentes factores, pero ninguno de ellos es en sí mismo suficiente. En realidad se trata de una combinación de los distintos factores, adquiriendo  características singulares en cada caso.
Podríamos clasificarlos en:

1) Factores predisposicionales: son aquéllos que “preparan el terreno” para el desarrollo de un trastorno. Hablamos de “predisposición”, ya  que no es una fatalidad inevitable. Entre ellos podemos distinguir:
  • Factores constitucionales: se refieren a características que están presentes en el momento del nacimiento de una persona. Son tanto genéticos (tienen que ver con la transmisión hereditaria a través del ADN presente en nuestros genes) como congénitos (aquéllos que actúan durante la vida fetal y el momento del nacimiento).
  • Factores familiares: son de especial importancia las primeras experiencias infantiles, en especial en relación a la madre y al padre. Las experiencias de estos primeros años dejan como saldo el “aprendizaje” vivencial de modelos o estructuras de conducta, de modos de vincularse que se van a repetir a lo largo de la vida. La receptividad que el medio familiar (en especial la madre) haga de las necesidades del niño será fundamental para su desarrollo.
  • Factores socioculturales: en la vida cotidiana asistimos a un cruce de mensajes -en especial provenientes de los medios de comunicación- con contenidos frecuentemente contradictorios. Por un lado se imponen “valores” como la delgadez extrema y la posesión de cuerpos atléticos ideales (que suelen generar insatisfacción y frustración) y por el otro se promueve el consumo de comida chatarra o poco saludable, así como la comida abundante como símbolo de celebración y encuentro. Del mismo modo se estimula el “confort” -entendido como comodidad- como símbolo de calidad de vida y felicidad , derivando en muchos casos en la inacción y el sedentarismo. El delivery, el uso del control remoto, la “conexión” con el mundo moviendo tan sólo un dedo o hacer compras sin siquiera salir de casa son entendidos como “confort”. Indirectamente se promueve el sedentarismo como sinónimo de confort.
2) Factores precipitantes o desencadenantes: son aquellas situaciones internas o externas que actúan a modo de “semilla” que cae o se precipita en el “terreno fértil” y empieza a desarrollarse. Se trata de diferentes hechos que ocurren en la vida de una persona que pueden generar tensiones o conflictos que pueden poner en movimiento todo lo que está “latente” para que se manifieste. Entre otros se encuentran:
  • Factores fisiológicos: la menarca, la menopausia, el embarazo, distintas enfermedades, las intervenciones quirúrgicas.
  • Factores psicológicos: situaciones de pérdida o que generan estrés, depresión o ansiedad.

3) Factores perpetuadores: actúan como un “fertilizante”  para que la “semilla” crezca. Colaboran con el mantenimiento del trastorno o del exceso de peso en el tiempo. Algunos de ellos son:
  • La negación: es uno de los principales mecanismos de defensa que impide aceptar que se tiene una enfermedad crónica o un trastorno que, combinado con excusas, da como resultado el mantenimiento del exceso de peso a largo plazo.
  • Malos tratamientos: utilización de ciertos medicamentos o drogas, así como dietas restrictivas que provocan un efecto rebote que favorece la obesidad.
  • Hábitos familiares: familias donde se “premia” con comida, costumbre de cocinar abundantemente, comer en exceso o tener la heladera “siempre llena”, etc.
  • La “adaptación” a la gordura.

Es muy importante reiterar que ningún factor actúa en forma independiente ni determinante.

Lic. Marcelo A. Bragiola

miércoles, 5 de marzo de 2014

En Vientos de Salud...







Cómo cuidar el peso después de las vacaciones

     Si en estas vacaciones descuidaste tu alimentación trayendo unos kilos de más junto a tu equipaje, es un buen momento para corregir errores y planificar cambios.
     Si durante los últimos meses también tu forma de comer se relajó y el deseo de despreocuparte de todo te llevó a elegir opciones sabrosas pero excedidas en grasa y azúcares no sientas culpa y, en cambio, recurrí a la acción.
     Tal vez descuidaste la actividad física o no tomaste la iniciativa de abandonar el sedentarismo.
     Posiblemente no sólo recuperaste peso durante las vacaciones, sino también recobraste energía. Aprovechá entonces esa nueva potencia para instalar con fuerza hábitos más saludables.
      Aceptar que las vacaciones terminaron es un primer paso. Por otro lado, ya es hora de acercarte a la balanza; no pienses que es tu enemiga sino un “GPS” que te indicará dónde estás hoy y a dónde querés llegar. Elegí un día para pesarte y descartá las excusas. Si tenés unos kilos de más no te desesperes; ponéte como objetivo bajarlos saludablemente con un programa personalizado y adaptado a tu realidad.
     Si te resulta difícil hacerlo solo peayuda profesional. Podés aprender a comer sin privaciones innecesarias, con una alimentación variada que contemple tus preferencias y posibilidades.
     Esta es una buena época para pensar en cambios. Renováte con objetivos que estén a tu alcance. Algunos ejemplos: practicar un deporte, hacer  gimnasia, cocinar más liviano, preparar viandas saludables para llevar al trabajo, programar  las comidas para la semana, incorporar más frutas y hortalizas, o simplemente reducir la cantidad de grasa y azúcar de tu alimentación habitual.
     Considerá que la actividad física es un pilar fundamental para bajar de peso y estar sano. Te conviene elegir actividades que te diviertan y agraden para poder mantenerlas en el tiempo.
     Intentá controlar el estrés. Volver de las vacaciones no significa necesariamente cargarse de preocupaciones. El estrés puede liberar sustancias que contribuyen a la acumulación de grasa en la zona abdominal, lo que no sólo afecta a tu peso sino que también aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares (ACV).
     Para relajarse no es necesario estar a orillas del mar o contemplar las sierras. Diferentes técnicas pueden ayudarnos a sentirnos más armonizados, optimizando nuestras tareas con alegría.
     Recordá que mejorar tu Calidad de Vida no es un gasto de tiempo y energía, sino la mejor inversión.
Prof. Nancy Romeo (h)