miércoles, 5 de marzo de 2014

Cómo cuidar el peso después de las vacaciones

     Si en estas vacaciones descuidaste tu alimentación trayendo unos kilos de más junto a tu equipaje, es un buen momento para corregir errores y planificar cambios.
     Si durante los últimos meses también tu forma de comer se relajó y el deseo de despreocuparte de todo te llevó a elegir opciones sabrosas pero excedidas en grasa y azúcares no sientas culpa y, en cambio, recurrí a la acción.
     Tal vez descuidaste la actividad física o no tomaste la iniciativa de abandonar el sedentarismo.
     Posiblemente no sólo recuperaste peso durante las vacaciones, sino también recobraste energía. Aprovechá entonces esa nueva potencia para instalar con fuerza hábitos más saludables.
      Aceptar que las vacaciones terminaron es un primer paso. Por otro lado, ya es hora de acercarte a la balanza; no pienses que es tu enemiga sino un “GPS” que te indicará dónde estás hoy y a dónde querés llegar. Elegí un día para pesarte y descartá las excusas. Si tenés unos kilos de más no te desesperes; ponéte como objetivo bajarlos saludablemente con un programa personalizado y adaptado a tu realidad.
     Si te resulta difícil hacerlo solo peayuda profesional. Podés aprender a comer sin privaciones innecesarias, con una alimentación variada que contemple tus preferencias y posibilidades.
     Esta es una buena época para pensar en cambios. Renováte con objetivos que estén a tu alcance. Algunos ejemplos: practicar un deporte, hacer  gimnasia, cocinar más liviano, preparar viandas saludables para llevar al trabajo, programar  las comidas para la semana, incorporar más frutas y hortalizas, o simplemente reducir la cantidad de grasa y azúcar de tu alimentación habitual.
     Considerá que la actividad física es un pilar fundamental para bajar de peso y estar sano. Te conviene elegir actividades que te diviertan y agraden para poder mantenerlas en el tiempo.
     Intentá controlar el estrés. Volver de las vacaciones no significa necesariamente cargarse de preocupaciones. El estrés puede liberar sustancias que contribuyen a la acumulación de grasa en la zona abdominal, lo que no sólo afecta a tu peso sino que también aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares (ACV).
     Para relajarse no es necesario estar a orillas del mar o contemplar las sierras. Diferentes técnicas pueden ayudarnos a sentirnos más armonizados, optimizando nuestras tareas con alegría.
     Recordá que mejorar tu Calidad de Vida no es un gasto de tiempo y energía, sino la mejor inversión.
Prof. Nancy Romeo (h)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario