Nunca es tarde para comenzar una vida más
sana y mejor.
Caminar, dejar de
fumar, comer más sano, tomar menos alcohol...No importa la edad, ni el estilo
de vida que se haya llevado. Estudios demuestran que es posible recuperarse con
sólo cambiar de hábitos.
Debemos tener en cuenta que los cambios deben ser paulatinos y progresivos,
la “ley del todo o nada” no funciona. Hoy les propongo comenzar por el
MOVIMIENTO.
El ejercicio
moderado puede acomodarse a la rutina personal y laboral. Es un arma poderosa para evitar
enfermedades crónicas y no
necesita ser arduo para resultar beneficioso. Llevar una vida activa otorga
bienestar a cualquier edad.
La falta de actividad física, juntamente
con la mala alimentación y uso de tabaco, producen más de dos millones de
muertes por año.
Por el contrario, la actividad física regular: -Mejora la circulación del músculo
cardíaco y por lo tanto previene enfermedades coronarias bajando el riesgo de
muerte por enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.
-Disminuye la
presión arterial y ayuda a prevenir las enfermedades asociadas.
-Aumenta la
capacidad pulmonar.
-Estimula la
oxidación de los lípidos y, por lo tanto, disminuye la grasa corporal.
-Previene la
diabetes en el adulto y reduce el riesgo de cáncer de colon.
-Disminuye los
niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
-Fortalece la masa
ósea y previene enfermedades como la osteoporosis.
-Aumenta el tamaño
y fuerza de los músculos.
-Otorga flexibilidad
a los músculos brindando al cuerpo una sensación de libertad de movimientos.
-Contribuye al
bienestar psicológico, reduce el estrés. Ayuda a combatir alteraciones
psíquicas como la ansiedad o la depresión, y funciona como un ansiólitico
natural.
-Regula los ciclos
del sueño.
-Mejora la
autoestima y el humor.
-Ayuda a
sociabilizarnos y comunicarnos con otras personas.
-Modifica la
composición y la figura corporal, reduciendo los casos de obesidad en un 50%”.
-Controla el
apetito y regula el metabolismo basal.
Por todo lo mencionado y mucho más abandonar el sedentarismo y elegir el movimiento es una muy buena
elección.
Un elemento para tener en cuenta es que 30
minutos de actividad diaria pueden
acumularse en el transcurso de la jornada. También las actividades cotidianas
como caminar, subir escaleras, andar en bicicleta, realizar tareas domésticas
como limpiar pisos o la jardinería, permiten alejarnos del sedentarismo.
Ahora, si bien 30 minutos diarios
contribuyen muchísimo, también es importante tener presente que al aumentar el
tiempo, la intensidad y la frecuencia se obtienen mayores beneficios.
Es
frecuente que dentro de muchas propuestas para bajar de peso se prescriba
realizar Actividad Física como un complemento de la dieta. Pero en VIENTOS de
SALUD entendemos que no es un complemento, sino un pilar tan imprescindible
como el Plan Alimentario.
Para algunas personas el problema surge cuando los atrapa la pereza,
prefieren un mullido sillón a las zapatillas y acusan falta de tiempo. Otros
piensan que no van a poder hacerlo. Pero reconociendo los beneficios ¿No vale
la pena intentarlo?
Lo importante es
encontrar la actividad que más nos agrade para que sea placentera y perdure en el tiempo, como también elegir la compañía, y el profesional
que nos permita alcanzar nuestro objetivo.
Prof. Nancy Romeo (h)
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