lunes, 26 de mayo de 2014

Masoterapia


Todos nosotros hacemos uso del masaje instintivamente. Cuando nos duele una parte del cuerpo, colocamos nuestras manos automáticamente en la parte dolorida e intentamos procurarnos alivio haciendo unos movimientos circulares y suaves.
El masaje es uno de los métodos curativos naturales más viejos de la humanidad. Desde hace miles de años se alivian enfermedades tocando el cuerpo con las manos.
Una sensación corporal  completamente nueva puede producirse por un masaje del cuerpo completo, “¡Por fin me encuentro bien en mi pellejo!”.
El masaje colabora en el cuidado de la salud y en la prevención de diferentes patologías.

El masoterapeuta entrenado libera y trasfunde una energía positiva que puede tener un efecto bienhechor en el estado físico y espiritual del paciente.
Además de las "sobrecargas" crónicas, provocadas por ejemplo, por determinadas actividades diarias o profesionales, los procesos anímicos se manifiestan en el cuerpo. Posiblemente con cansancio, dolores musculares etc. Contrariamente ocurre cuando el cuerpo está herido, o lo hemos esforzado excesivamente, nuestra reacción anímica (psíquica) revela miedo, tristeza o depresión.
Para nosotros es fundamental esta unidad entre cuerpo, espíritu, mente y el medio que te rodea. Por este motivo los masajes sedativos y relajantes procurarán sanar tu cuerpo, así como el diálogo y la escucha atenta se transformarán en "masajes para el alma".

Nancy Romeo (h) Inst. en Alim. Salud y Activ. Física

lunes, 19 de mayo de 2014

La mayoría de los chicos va a la escuela sin desayunar, lo que baja su rendimiento.

   
 Remolonear 15 minutos más en la cama, vestirse a las corridas y salir sin casi nada en el estómago ya sea  al trabajo o a la escuela es un hábito cotidiano. Los chicos están reproduciendo una costumbre de adultos que pone en peligro su salud. Sólo uno de cada diez chicos en edad escolar toma un desayuno nutricionalmente completo en su casa antes de ir al colegio. 
     La mayoría  de los chicos va al colegio sin desayunar, mientras que generalmente los adolescentes saltean comidas y abusan de grasas saturadas. La combinación es una receta infalible para que la generación que hoy crece se llene de  personas obesas, con diabetes tipo II, que padezcan accidentes cerebro vasculares y propensas a tumores. Paralelamente, en el país abunda gente que cae en la condición de “obeso desnutrido”, con bajo rendimiento escolar y laboral.

    La excusa más habitual es la falta de tiempo. Hacemos todo por dormir más y creemos que quedarnos media hora más en la cama nos va a ayudar a no dormirnos durante el día. Nada más errado ya que durante las horas en que dormimos nuestro cerebro sigue funcionando y consumiendo glucosa, su principal combustible. Por lo tanto al no desayunar no reponemos el combustible que necesitan nuestra neuronas y estaremos somnolientos.
     Los chicos, en pleno período de crecimiento y desarrollo gastan mucha más energía que los adultos. La energía se las provee el alimento, por lo tanto no alimentarse a horario y adecuadamente no tarda en hacerse notar. Después sucede que los chicos tienen problemas de atención o les cuesta concentrarse y se los termina derivando a la psicopedagoga, al oftalmólogo, al psicólogo. Y lo que necesitan es alimentarse correctamente.
     La falta de glucosa en el cerebro trae como consecuencia síntomas como mal humor, dolor de cabeza y  en el corto plazo consecuencias cognitivas como pérdida de la memoria, la fluidez verbal y la capacidad de atención. Y en el largo plazo, costumbres poco saludables que multiplican patologías.
     Los fracasos escolares y algunas enfermedades como la anemia son directamente proporcionales a la falta de educación alimentaria, especialmente en lo que toca al desayuno. Corroborando esta presunción, el Hospital Ricardo Gutiérrez dio a conocer algunas cifras y realidades de un fenómeno en avance: el déficit en el aprendizaje y atención combinado con niveles elevados de colesterol total y obesidad.
   También la desnutrición franca o encubierta y el exceso de grasas en la dieta están abriendo las puertas a un crecimiento explosivo de futuros males cardiovasculares en la Argentina.
    También se observa osteoporosis en la menopausia o embarazo, por déficit de calcio”.
   
El escaso porcentaje de los chicos que desayunan, lo hacen de manera incorrecta, tomando sólo café o mate cocido, sin lácteos, cereales, frutas y semillas”.

     Los chicos con sobrepeso generalmente no desayunan, empiezan el día con golosinas que compran en el quiosco del colegio. Estas debido a su contenido de grasas y azúcares, brindan un poco de energía para la actividad física inmediata; pero si de aprendizaje o alto rendimiento se trata, se necesita otra clase de nutrientes, como las proteínas, vitaminas y minerales”.
Siempre que se evaluó el rendimiento de una persona no sólo en materia escolar sino también en actividades manuales y tareas administrativas, la falta de un desayuno aumentaba el número de errores cometidos y de dificultad para concentrarse en lo que se estaba haciendo.
    
Las soluciones no llegarán salvo que la familia se organice de manera correcta, muy a contracorriente de un medio social que tiende a desorganizarla.”Sabemos que muchas madres trabajan, pero un ligero cambio de horarios podría lograr que toda la familia desayune bien. Otra de las soluciones es que las mamás se junten para solicitar al colegio que en el quiosco se vendan menos chocolates, galletitas, grasas y azúcares y más cereales, granola, yogur, flan, queso y ensalada de frutas.

    También puede recurrirse al “sandwich inteligente”, con abundante tomate, lechuga, queso crema y una feta delgada de carne. El quiosco puede recurrir a las hamburguesas artesanales, con carne magra, zanahoria rallada, queso y huevo.
     En Vientos de Salud realizamos Educación Alimentaria para las mamás y para quienes deseen aprender cómo alimentarse saludablemente.

-Nancy Romeo (h) Inst. en Alimentación, Salud y Activ. Física.  


domingo, 18 de mayo de 2014

Salud y Resiliencia

      La capacidad de resiliencia -tan antigua como la humanidad-  fue la única forma de sobrevivir que tuvieron muchas personas y comunidades a lo largo de la historia, las cuales fueron capaces de resistir frente a la destrucción y aún así construir algo positivo.
      El término resiliencia deriva etimológicamente del latín resilere, que significa saltar hacia arriba, volver a entrar saltando, rebotar, apartarse o desviarse. También proviene del anglicismo recilence o resilency: resistencia de los cuerpos a los choques o “stress”, recuperarse, ajustarse.
      
      Este término fue utilizado por la física, la arquitectura, la ingeniería civil y la metalurgia para describir la capacidad de algunos metales de recuperar su forma original después de haber sido sometidos a deformaciones.
      Las ciencias sociales en general -y la psicología en particular- utilizan esta expresión para describir, como dije anteriormente, fenómenos observados en personas y sociedades que, a pesar de vivir en condiciones de adversidad, son capaces de desarrollar conductas que les permiten superarlas.

      La resiliencia es una característica de la salud mental que contribuye al mejoramiento de la calidad de vida. Podriamos decir que se trata de la capacidad humana, individual o grupal para hacer frente a los "reveses" de la vida, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por dichas experiencias. Se refiere tanto a la resistencia frente a la destrucción -es decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión- como la capacidad de forjar un comportamiento vital saludable pese a las circunstancias difíciles.

      La resiliencia reduce la intensidad del stress y produce el decrecimiento de los signos emocionales negativos, como la ansiedad, la depresión y la ira, al tiempo que aumenta la curiosidad y promueve la salud mental.
      En este proceso se pone en juego el conjunto de los recursos psicológicos individuales, familiares, educacionales y sociales de la persona (factores de resiliencia) para afrontar situaciones de adversidad (factores de riesgo).
      En lugar de poner el foco en los mecanismos que sostienen la situación desfavorable de un sujeto, desde esta perspectiva se observan especialmente aquellas condiciones que posibilitan encaminarse hacia un desarrollo saludable. Entre otros, los factores que refuerzan la resiliencia son:
  • El reconocimiento de los problemas y limitaciones que hay que enfrentar.
  • La flexibilidad.
  • La capacidad autorreflexiva.
  • El control de los impulsos.
  • La autoestima y la confianza.
  • La capacidad de compromiso y participación.
  • La alegría y el humor.
  • La capacidad de buscar y dar colaboración.
  • Las habilidades comunicacionales.
  • Las habilidades de resolución de conflictos.
      Teniendo en cuenta todo esto, es muy importante identificar, registrar y fortalecer las capacidades y recursos en las personas, teniendo en cuenta la singularidad de cada sujeto.

Lic. Marcelo A. Bragiola

martes, 6 de mayo de 2014

El estrés de nuestros días


El estrés es un MECANISMO FISIOLÓGICO, altamente positivo que nos permite decidir, actuar y resolver a corto plazo.
Para el hombre primitivo, las causas generadoras de estrés eran generalmente del tipo físico. Una mañana al despertar, se encontraba con un oso en la entrada de su  caverna.
Como la lucha era inminente, se producían todos los eventos biológicos para afrontar la situación. Para nuestros antepasados, las situaciones estresantes sólo duraban POCO TIEMPO.
Se trataba de huir o luchar, vencer o morir.
En la actualidad, las causas de estrés son situaciones emocionales cuya influencia se prolonga en el tiempo.
El oso de la antigüedad se ha transformado en un jefe difícil, un sueldo insuficiente, un matrimonio desavenido, un atascamiento de tránsito,  o un conflicto emocional sin resolver.
La PERSISTENCIA DEL ESTRÉS es lo que transforma ese mecanismo fisiológico tan útil para nuestra supervivencia, en el más poderoso enemigo de la longevidad.
Muchas veces las personas que tienen infartos cardíacos no los padecen solo por el “taponamiento” de sus arterias coronarias, sino mucho más por un “espesamiento” de la sangre provocado por la adrenalina que genera ante las insistentes situaciones estresantes.
No es casual, entonces, la gran incidencia de infartos producidos en la noche del domingo. Estos se dan justamente antes de que la persona deba afrontar una semana llena de angustias y frustraciones, en un laberinto mental de competitividad e incertidumbre del cual no vislumbra la salida.
Los sistemas nervioso y de defensa están en un diálogo químico constante desde los primeros momentos de nuestras vidas.
Actualmente hay fuertes sospechas de que las enfermedades de Alzheimer, de Parkinson y el cáncer están ligados a un deterioro de la inmunidad.
Hoy podemos afirmar que los pensamientos y sentimientos provenientes del espíritu ejercen una acción sobre cada una de nuestros 5 trillones de células, las que al funcionar sincronizadamente garantizarán la integridad del organismo.
LA INSATISFACCIÓN VITAL ES UNA EMOCIÓN ESTRESANTE, POR LO TANTO PUEDE CONDUCIR LA A CAÍDA INMUNITARIA Y A LA VEJEZ PREMATURA.
ENTORNOS QUE GENERAN SENSACIONES  DE ADVERSIDAD Y/ O INCERTIDUMBRE NOS HACEN ENVEJECER ANTES DE TIEMPO.
Si bien hay muchos factores externos que no podemos modificar, lo que está en nuestras manos es cambiar LA ACTITUD.
¿No será el momento en que debemos poner el mayor esfuerzo para identificar y trabajar solos o con ayuda, sobre las causas, creencias o emociones que nos perjudican?.

Del libro “Cincuenta y tantos” del Dr Juan F. Hitzig


viernes, 2 de mayo de 2014

Adelgazar: duelo y crecimiento...


      Cada persona vive la experiencia y las expectativas para adelgazar de manera personal, pero siempre hay un “equilibrio”, una cierta “armonía” que se pone en juego y se rompe. 
      Frecuentemente, cuando se baja de peso, se produce una sensación de pérdida vinculada con numerosos cambios: modificaciones en la imagen corporal, en las relaciones con los demás por tener que resignar ciertos roles conocidos (como -por ejemplo- el de la madre que agasaja a todos con mucha comida), en la renuncia que se ha hecho a una forma de comer, en la pérdida de hábitos y “beneficios” que daba la gordura…
      Al principio del tratamiento esta “pérdida” suele ser cubierta por la motivación, pero a medida que se adelgaza y se evidencia esa pérdida es frecuente que la misma disminuya.
      En este momento los sentimientos respecto al tratamiento pueden tornarse contradictorios, viviéndolo con fastidio, sintiéndose por momentos “obligados a dejar lo que les gusta”, “que pierden la libertad de decidir por sí mismos”.
      Es posible también que aparezca un cuadro de abstinencia. Esto es similar a lo que les ocurre a los alcohólicos que dejan la bebida o las personas que abandonan el cigarrillo o cualquier otra sustancia tóxica, quienes al cabo de unos días padecen una reacción especial que se produce porque cuando el organismo está habituado al consumo regular de alguna droga, al verse privado de ésta, protesta. En la persona obesa se puede producir lo mismo según el grado de dependencia o adicción que tenga con la comida.

      Así, la fuerza revolucionaria del principio puede decaer y empieza un proceso de duelo.
En muchas ocasiones la persona siente tristeza, siendo parte del proceso de aceptación. La tristeza es una emoción normal y saludable, aunque displacentera porque significa extrañar lo perdido.
      Perder es dejar algo que era para entrar en otro lugar donde hay otra cosa que es y esto que es no es lo mismo que era. Este proceso se conoce como la elaboración del duelo. Cada pérdida, por pequeña que sea, implica la necesidad de hacer una elaboración.
      Elaboración deriva de “labor”, de “tarea”. La elaboración del duelo es un trabajo, el trabajo de aceptar la nueva realidad.
      Las cosas que uno deja siempre tienen que elaborarse. Hay que aprender a recorrer este camino que es el camino de las pérdidas, el cual implica la aceptación del vínculo vital que existe entre las pérdidas y las adquisiciones, la renuncia a lo que ya no está.
      No hay pérdida que no implique una ganancia, un crecimiento personal. En el caso del tratamiento de la obesidad podría pensarse en los beneficios que se obtienen al “perder kilos”.
      Vivir esos cambios es animarnos a permitir que las cosas dejen de ser para que den lugar a otras nuevas cosas. Para esto es necesario un cambio interior, el cual es personal.
      Cuando creemos y confiamos que podemos seguir adelante nuestras posibilidades de avanzar se multiplican. Es importante registrar y expresar las emociones que surjan, no reprimirlas, y compartir lo que le está pasando con su familia y amigos de confianza.
      Cuanto más correctamente se haya elaborado el “duelo” del adelgazamiento, menor será el problema para continuar.

      El final de este camino es éste: miramos hacia atrás y nos damos cuenta de las dificultades soportadas hasta aquí.         Miramos hacia delante y sabemos que estamos en mejores condiciones de enfrentarnos con el más importante de los caminos, el que conduce a sentirnos mejor con nosotros mismos y los demás, a una vida más sana, más saludable.

                                                                         Lic. Marcelo A. Bragiola