Remolonear 15 minutos más en la cama,
vestirse a las corridas y salir sin casi nada en el estómago ya sea al trabajo o a la escuela es un hábito
cotidiano. Los chicos están reproduciendo una costumbre de adultos que pone en
peligro su salud. Sólo uno de cada diez chicos en edad escolar toma un desayuno
nutricionalmente completo en su casa antes de ir al colegio.
La mayoría de los chicos va al colegio sin desayunar,
mientras que generalmente los adolescentes saltean comidas y abusan de grasas
saturadas. La combinación es una receta infalible para que la generación que
hoy crece se llene de personas obesas, con diabetes tipo II, que padezcan accidentes
cerebro vasculares y propensas a tumores.
Paralelamente, en el país abunda gente que cae en la condición de “obeso desnutrido”,
con bajo rendimiento escolar y laboral.
La excusa más habitual es la falta de
tiempo. Hacemos todo por dormir más y creemos que quedarnos media hora más en
la cama nos va a ayudar a no dormirnos durante el día. Nada más errado ya que durante
las horas en que dormimos nuestro cerebro sigue funcionando y consumiendo
glucosa, su principal combustible. Por lo tanto al no desayunar no reponemos el
combustible que necesitan nuestra neuronas y estaremos somnolientos.
Los
chicos, en pleno período de crecimiento y desarrollo gastan mucha más energía
que los adultos. La energía se las provee el alimento, por lo tanto no
alimentarse a horario y adecuadamente no tarda en hacerse notar. Después sucede
que los chicos tienen problemas de atención o les cuesta concentrarse y se los
termina derivando a la psicopedagoga, al oftalmólogo, al psicólogo. Y lo que
necesitan es alimentarse correctamente.
La falta de glucosa en el cerebro trae
como consecuencia síntomas como mal humor, dolor de cabeza y en el corto plazo consecuencias cognitivas
como pérdida de la memoria, la fluidez verbal y la capacidad de
atención. Y en el largo plazo, costumbres poco saludables que multiplican
patologías.
Los fracasos escolares y algunas
enfermedades como la anemia son
directamente proporcionales a la falta de educación
alimentaria, especialmente en lo que toca al desayuno. Corroborando esta
presunción, el Hospital Ricardo Gutiérrez dio a conocer algunas cifras y
realidades de un fenómeno en avance: el déficit en el aprendizaje y atención
combinado con niveles elevados de colesterol total y obesidad.
También la desnutrición franca o encubierta
y el exceso de grasas en la dieta están abriendo las puertas a un crecimiento explosivo de futuros males cardiovasculares en la Argentina.
También se observa
osteoporosis en la menopausia o
embarazo, por déficit de calcio”.
El escaso
porcentaje de los chicos que desayunan, lo hacen de manera incorrecta, tomando
sólo café o mate cocido, sin
lácteos,
cereales, frutas y semillas”.
Los chicos con
sobrepeso generalmente no desayunan,
empiezan el día con golosinas que compran en el quiosco del colegio. Estas
debido a su contenido de grasas y azúcares, brindan un poco de energía para la actividad
física inmediata; pero si de aprendizaje o alto rendimiento se trata, se
necesita otra clase de nutrientes, como las proteínas, vitaminas y minerales”.
Siempre que se evaluó el rendimiento de una persona no sólo
en materia escolar sino también en actividades manuales y tareas
administrativas, la falta de un desayuno aumentaba el número de errores
cometidos y de dificultad para concentrarse en lo que se estaba haciendo.
Las soluciones no
llegarán salvo que
la familia se
organice de manera correcta, muy a contracorriente de un medio social que
tiende a desorganizarla.”Sabemos que muchas madres trabajan, pero un
ligero cambio de horarios podría lograr
que toda la familia desayune bien. Otra de las soluciones es que las mamás se
junten para solicitar al colegio que en el quiosco se vendan menos chocolates,
galletitas, grasas y azúcares y más
cereales,
granola, yogur, flan, queso y ensalada de frutas.
También puede
recurrirse al “sandwich inteligente”, con abundante tomate, lechuga, queso
crema y una feta delgada de carne. El quiosco puede recurrir a las hamburguesas
artesanales, con carne magra, zanahoria rallada, queso y huevo.
En Vientos de Salud realizamos Educación Alimentaria para las mamás y
para quienes deseen aprender cómo alimentarse saludablemente.
-Nancy Romeo (h) Inst. en Alimentación, Salud y Activ.
Física.