domingo, 18 de mayo de 2014

Salud y Resiliencia

      La capacidad de resiliencia -tan antigua como la humanidad-  fue la única forma de sobrevivir que tuvieron muchas personas y comunidades a lo largo de la historia, las cuales fueron capaces de resistir frente a la destrucción y aún así construir algo positivo.
      El término resiliencia deriva etimológicamente del latín resilere, que significa saltar hacia arriba, volver a entrar saltando, rebotar, apartarse o desviarse. También proviene del anglicismo recilence o resilency: resistencia de los cuerpos a los choques o “stress”, recuperarse, ajustarse.
      
      Este término fue utilizado por la física, la arquitectura, la ingeniería civil y la metalurgia para describir la capacidad de algunos metales de recuperar su forma original después de haber sido sometidos a deformaciones.
      Las ciencias sociales en general -y la psicología en particular- utilizan esta expresión para describir, como dije anteriormente, fenómenos observados en personas y sociedades que, a pesar de vivir en condiciones de adversidad, son capaces de desarrollar conductas que les permiten superarlas.

      La resiliencia es una característica de la salud mental que contribuye al mejoramiento de la calidad de vida. Podriamos decir que se trata de la capacidad humana, individual o grupal para hacer frente a los "reveses" de la vida, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por dichas experiencias. Se refiere tanto a la resistencia frente a la destrucción -es decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión- como la capacidad de forjar un comportamiento vital saludable pese a las circunstancias difíciles.

      La resiliencia reduce la intensidad del stress y produce el decrecimiento de los signos emocionales negativos, como la ansiedad, la depresión y la ira, al tiempo que aumenta la curiosidad y promueve la salud mental.
      En este proceso se pone en juego el conjunto de los recursos psicológicos individuales, familiares, educacionales y sociales de la persona (factores de resiliencia) para afrontar situaciones de adversidad (factores de riesgo).
      En lugar de poner el foco en los mecanismos que sostienen la situación desfavorable de un sujeto, desde esta perspectiva se observan especialmente aquellas condiciones que posibilitan encaminarse hacia un desarrollo saludable. Entre otros, los factores que refuerzan la resiliencia son:
  • El reconocimiento de los problemas y limitaciones que hay que enfrentar.
  • La flexibilidad.
  • La capacidad autorreflexiva.
  • El control de los impulsos.
  • La autoestima y la confianza.
  • La capacidad de compromiso y participación.
  • La alegría y el humor.
  • La capacidad de buscar y dar colaboración.
  • Las habilidades comunicacionales.
  • Las habilidades de resolución de conflictos.
      Teniendo en cuenta todo esto, es muy importante identificar, registrar y fortalecer las capacidades y recursos en las personas, teniendo en cuenta la singularidad de cada sujeto.

Lic. Marcelo A. Bragiola

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