La esferodinamia es un
trabajo corporal que utiliza el soporte de pelotas, balones o esferas de
diferentes tamaños.
Actualmente los fisiobalones se popularizaron y están rebotando por todo el mundo. Constituyen una herramienta de gran utilidad para kinesiólogos, terapeutas y profesores de actividad física en el tratamiento, prevención y rehabilitación de problemas posturales y motrices. También es muy difundido su uso como elemento auxiliar en yoga, expresión corporal, danza y la preparación atlética de diferentes deportes.
La ductibilidad de las esferas permite entrenar sistemas de órganos que brindan soporte al cuerpo, ayudando a rehabilitar y ampliar los rangos de
movimiento. Al sentarnos sobre la esfera, nos proporciona un soporte blando
para la extensión de músculos y ligamentos. Permite que las vértebras se acomoden sin la presión que la
gravedad ejerce en posición vertical y facilita que esa misma fuerza empuje
al cuerpo hacia la pelota brindándole estabilidad y la posibilidad de
extender la columna hacia sus dos extremos: el cráneo y el coxis, además de lograr
proyectarla hacia el espacio a través de las extremidades.
La forma esférica y el sostén que brinda la pelota invitan a la extensión de los tejidos de conexión, entre ellos los ligamentos, que se realiza de un modo intenso y profundo. Permiten la apertura de espacios internos necesarios para que los discos intervertebrales se reacomoden en su espacio. Estos tejidos fibrosos, con su consistencia mullida, brindan amortiguación y protección a las estructuras óseas, a la vez que posibilitan una mayor continuidad del movimiento. En la práctica es indispensable el respeto y el cuidado de las posibilidades que presenta cada persona. A partir de encontrar más comodidad y confianza, la esferodinamia propone el desarrollo progresivo de las cualidades físicas del individuo. Además, esta técnica nos permite ampliar rutinas de movimiento, incrementando la fuerza y flexibilidad muscular, aumentando la elastidad en las articulaciones de todo el cuerpo y la columna vertebral. Como consecuencia mejora el estado muscular, la coordinación, la economía y la fluidez en los movimientos, enriqueciendo nuestra capacidad para utilizar los músculos justos para el movimiento justo.
En las
embarazadas el trabajo corporal con las esferas facilita la toma de conciencia de los cambios del eje postural, previniendo molestias en
las zonas lumbar, dorsal o cervical de la columna.
La inclusión de estas como preparación para el trabajo
de parto constituye un valioso tributo.
Propician movimientos fluidos y orgánicos al entregar el peso a los balones
para descomprimir la presión del feto sobre la pelvis y facilitar su
descenso. Incorporan recursos posturales, aumentando la capacidad
respiratoria durante el proceso de dilatación. Facilitan una mayor conexión con el mundo
interno del bebé, brindando una vivencia del
parto más plena y participativa.
El aporte de las esferas al trabajo corporal
durante el post
parto es de gran valor. Se
tonificarán las cadenas musculares anteroposteriores en beneficio de
recuperar el eje postural y adoptar posiciones cómodas para amamantar.
A partir del contacto con los balones de diferentes tamaños la reciente mamá percibirá claramente los bordes de su cuerpo, facilitando la conciencia de su imagen corporal. La propuesta es reencontrarse con su cuerpo para disfrutar de la crianza del bebé desde una mayor disponibilidad corporal.
En
definitiva, sin discriminación de edad, etapa biológica o condición física,
apoyarse, alinearse, rebotar, rolar, girar, balancearse, “desplomarse” y
relajarse sobre la pelota nos permite abrir posibilidades a nuevos intentos y
expresiones del MOVIMIENTO.
Nancy Romeo (h)
Inst. en
Alimentación, Salud y Activ. Física
.
|
sábado, 14 de junio de 2014
Esferodinamia, un soporte "redondo" para la columna.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario