sábado, 14 de junio de 2014

Esferodinamia, un soporte "redondo" para la columna.

La esferodinamia es un trabajo corporal que utiliza el soporte de pelotas, balones o esferas de diferentes tamaños. 
Actualmente los fisiobalones se popularizaron y están rebotando por todo el mundo. Constituyen una herramienta de gran utilidad para kinesiólogos, terapeutas y profesores de actividad física en el tratamiento, prevención y rehabilitación de problemas posturales y motrices. También es muy difundido su uso como elemento auxiliar en  yoga, expresión corporal, danza y la preparación atlética de diferentes deportes.
La ductibilidad de las esferas permite entrenar sistemas de órganos que brindan soporte al cuerpo, ayudando a rehabilitar y ampliar los rangos de movimiento. Al sentarnos sobre la esfera, nos proporciona un soporte blando para la extensión de músculos y ligamentos. Permite que las vértebras se acomoden sin la presión que la gravedad ejerce en posición vertical y facilita que esa misma fuerza empuje al cuerpo hacia la pelota brindándole estabilidad y la posibilidad de extender la columna hacia sus dos extremos: el cráneo y el coxis, además de lograr proyectarla hacia el espacio a través de las extremidades.
La forma esférica y el sostén que brinda la pelota invitan a la extensión de los tejidos de conexión, entre ellos los ligamentos, que se realiza de un modo intenso y profundo. Permiten la apertura de espacios internos necesarios para que los discos intervertebrales se reacomoden en su espacio. Estos tejidos fibrosos, con su consistencia mullida, brindan amortiguación y protección a las estructuras óseas, a la vez que posibilitan una mayor continuidad del movimiento.

En la práctica es indispensable el respeto y el cuidado de las posibilidades que presenta cada persona. A partir de encontrar más comodidad y confianza, la esferodinamia propone el desarrollo progresivo de las cualidades físicas del individuo.

Además, esta técnica nos permite ampliar rutinas de movimiento, incrementando la fuerza y flexibilidad muscular, aumentando la elastidad en las  articulaciones de todo el cuerpo y la columna vertebral. Como consecuencia mejora el estado muscular, la coordinación, la economía y la fluidez en los movimientos, enriqueciendo nuestra capacidad para utilizar los músculos justos para el movimiento justo.
En las embarazadas el trabajo corporal con las esferas facilita la toma de conciencia de los cambios del eje postural, previniendo molestias en las zonas lumbar, dorsal o cervical de la columna.
La inclusión de estas como preparación para el trabajo de parto constituye un valioso tributo. Propician movimientos fluidos y orgánicos al entregar el peso a los balones para descomprimir la presión del feto sobre la pelvis y facilitar su descenso. Incorporan recursos posturales, aumentando la capacidad respiratoria durante el proceso de dilatación. Facilitan una mayor conexión con el mundo interno del bebé, brindando una vivencia del parto más plena y participativa.
 El aporte de las esferas al trabajo corporal durante el post parto es de gran valor. Se tonificarán las cadenas musculares anteroposteriores en beneficio de recuperar el eje postural y adoptar posiciones cómodas para amamantar.
A partir del contacto con los balones de diferentes tamaños la reciente mamá percibirá claramente los bordes de su cuerpo, facilitando la conciencia de su imagen corporal.
La propuesta es
reencontrarse con su cuerpo para disfrutar de la crianza del bebé desde una mayor disponibilidad corporal.
En definitiva, sin discriminación de edad, etapa biológica o condición física, apoyarse, alinearse, rebotar, rolar, girar, balancearse, “desplomarse” y relajarse sobre la pelota nos permite abrir posibilidades a nuevos intentos y expresiones del MOVIMIENTO.
Nancy Romeo (h)
Inst. en Alimentación, Salud y Activ. Física


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