sábado, 19 de abril de 2014

Una Epidémica Obsesión

...Se sentía un poco tímida como para ir a bailar. Creía que ninguno la iba       
a mirar, así que por el momento le resultaba más seguro dedicarse a los estudios. Las amigas hablaban de sus conquistas amorosas. “¡Claro!, pensaba Carolina, ellas no tienen las piernas de lechona que tengo yo, ni la cara cachetuda que veo todos los días en el espejo...¡Qué bronca!. Seguro que si estuviera más flaca yo también tendría mis éxitos.
    Un día descubrió que aunque se salteara el desayuno, podía tolerar el apetito que sentía toda la mañana en la escuela.
Este logro sumado a la dieta mágica de una revista eran el complemento ideal para lograr su objetivo:”Dejar de ser ella, parecerse a sus amigas, a las modelos de la tele o de las revistas”.
Era imposible sostener esa restricción por mucho tiempo, por lo tanto, el paquete entero de galletitas dulces y rellenas, más dos porciones de torta desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. 

    El fracaso de las dietas por lo general no va seguido de resignación y acomodo a la realidad del cuerpo que nos tocó en gracia. Más bien promueve culpa, angustia y rechazo de uno mismo.
    Desde el exterior se nos propone más control y más dietas hipocalóricas como la forma más segura de salir del estado de frustración en el que el fracaso nos sumió. Está probado que la obsesión por el peso y la figura corporal, conjuntamente con las prácticas reiterativas para controlarlo son elementos comunes a todos los trastornos del comer, es decir trastornos de la conducta que se tienen en relación a la alimentación. 
    Alcanzar el peso saludable, con una alimentación adecuada de acuerdo a la edad, sexo, peso, altura y situación biológica, es tan importante como la actividad física, como poder encontrar modos de lograr desarrollos personales, como nuestras ganas de encontrar el bienestar; sin dejarnos invadir por la búsqueda de la delgadez excesiva u obsesiva, que no sólo no ayuda, sino que dificulta o impide que logremos firmar la paz con nuestro espíritu y nuestro propio cuerpo.        

                                                                                    -Nancy Romeo (h) Inst. en  Alimentación, Salud y Activ. Física.


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