jueves, 3 de septiembre de 2015

Estrés y salud

      Es frecuente escuchar frases tales como "Me siento agotado, estoy estresado" o "El médico me dijo que mi enfermedad se debe al estrés".
      La palabra “estrés” proviene del latín "Stringere", que significa "apretar", "atar fuertemente", "provocar tensión".
      En español hemos tomado prestado el término del inglés "stress", utilizado ya en el siglo XIV para expresar dureza, tensión, adversidad o aflicción.
      A finales del siglo XVIII la palabra se utilizó en el contexto de la física como "una resistencia interna o reacción de un cuerpo elástico frente a una fuerza que se le aplica desde el exterior".
      Como término médico el estrés se refiere al "conjunto de reacciones (biológicas y psicológicas) que se desencadenan en el organismo cuando éste se enfrenta de forma brusca con un agente nocivo, cualquiera que sea su naturaleza".

      Desde la psicología podríamos pensar el estrés como un proceso que sucede a partir de los intercambios entre la persona y el medio (tanto físico como social). Resulta de un desbalance entre las demandas de la situación (vivenciadas como amenazantes) y de los recursos del sujeto para afrontarlas.
      El mismo suceso vital puede ser más o menos estresante dependiendo del individuo y su contexto social. La pérdida del trabajo, por ejemplo, puede tener interpretaciones muy diferentes de acuerdo a la edad en que ello suceda.

      Llamamos estresores a aquellas situaciones desencadenantes del estrés. Puede tratarse de cualquier estímulo, tanto interno como externo.
      Suelen distinguirse tres fuentes principales de estrés:
-Sucesos vitales importantes: hacen referencia a cataclismos y cambios drásticos en la vida de las personas, como una catástrofe natural, casarse o ser abandonado, un ascenso laboral, un accidente o la muerte de un ser querido.
-Sucesos cotidianos: se refieren al cúmulo de molestias, imprevistos y alteraciones en las pequeñas rutinas cotidianas. A pesar de ser de menor intensidad, son repetidos. En general están vinculados con roles de representación social o laboral, relaciones familiares e interpersonales y con aspectos económicos.
-Situaciones de tensión crónica mantenida: reúnen características de los dos anteriores, ya que son intensos y, además, duraderos o repetidos. Es el caso de una enfermedad prolongada, un clima laboral inadecuado (como una sobrecarga laboral), una situación duradera de déficit económico (como desempleo) o vivir en un "ambiente tenso" como en un barrio pobre o en un contexto violento.
      Aunque generalmente se piensa que las causas que provocan estrés son siempre negativas (una enfermedad, perder el trabajo, la muerte de un ser querido), los hechos positivos, como el matrimonio o las vacaciones, también pueden resultar estresantes.

      El estrés produce una diversidad de síntomas, tanto físicos como psíquicos. Entre otros podríamos mencionar: ansiedad, irritabilidad, apatía o desánimo, tristeza, desesperanza, falta de concentración, somnolencia, insomnio, fatiga, hipertensión, palpitaciones, malestares digestivos, contracturas musculares, dificultades sexuales, problemas alimentarios...

      Se ha demostrado que en muchas personas la obesidad genera estrés y, a su vez, el estrés puede generar obesidad.
      A través de recientes investigaciones se ha comprobado que ante tensiones sostenidas (estrés crónico) el cerebro segrega un neuropéptido (Y2) que se encuentra en los adipositos o células de grasa, produciendo un aumento de su tamaño y una multiplicación de las mismas.
       Además, en muchas ocasiones, la ansiedad provocada por la situación de estrés produce un aumento del apetito.
       
      Parte de sentirse estresado tiene que ver con no saber qué está produciendo el estrés y con el sentimiento de que no se puede controlar. Afortunadamente, con un tratamiento adecuado y la utilización de ciertas técnicas es posible superar aquellas situaciones que pueden tener efectos estresantes, lógicamente encuadrado en una serie de cambios necesarios relacionados con el mejoramiento de nuestra salud y calidad de vida.
                                                                         -Lic. Marcelo Bragiola-


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