sábado, 7 de marzo de 2015

Actividades y Horarios




GIMNASIA

LUNES Y MIÉRCOLES: 9 HS
MARTES Y JUEVES: 19 HS


TALLERES DE DESCENSO DE PESO Y EDUCACIÓN ALIMENTARIA
 LUNES: 10 HS 
JUEVES: 18 HS 



PROGRAMAS DE DESCENSO DE PESO INDIVIDUALES: Solicitar turno


DANZA JAZZ  PARA ADULTOS PRINCIPIANTES

VIERNES: 9 HS a 10,30 HS
Si te gusta bailar ANIMATE  a esta aventura. No importa que nunca hayas tomado clases de danza o cual es tu aptitud física. Te invitamos a introducirte  en la técnica de la Danza Jazz, divertirte y bailar  con el cuerpo y el corazón.  





Solicitar turno para:   

MASOTERAPIA (masajes relajantes, descontracturantes con piedras calientes)


REFLEXOLOGÍA

DRENAJE LINFÁTICO
ONDAS RUSAS, RADIOFRECUENCIA




TERAPIA INDIVIDUAL: Lic Marcelo Bragiola   Cel:  116 462-1098                 
Tel. 4451-4633   Cel: 115 114 4683
vientossalud.blogspot.com.ar
www.facebook.com/groups/vientosdesalud

¡LOS ESPERAMOS!!!

Un abrazo

lunes, 23 de febrero de 2015

Las "situaciones-gatillo"

      Llamamos así a aquellas situaciones cotidianas que actúan como “disparadores” de las ganas de comer, transformándose en situaciones de riesgo.
       Podríamos afirmar que hay una semejanza con lo que ocurre en el caso de los adictos, por ejemplo en los fumadores (adicción a la nicotina). A estos parecería que les resulta imposible pensar en determinadas situaciones sin la participación del cigarrillo, asociando estas circunstancias constantemente al hecho de fumar desde hace años, casi en forma instintiva y sin darse cuenta. En el caso de quienes tienen problemas relacionados con la obesidad ocurre lo mismo: asocian determinadas situaciones con el comer compulsivamente…


      Uno de los ejes del tratamiento consistirá en que los pacientes puedan “desarmar sus rutinas” para “rearmar” otras nuevas. Se trata de un proceso, no se consigue de un día para el otro; al principio insume mucha energía y hay que estar muy atentos, pero a medida que pasa el tiempo va siendo mucho más fácil y “natural”… Para poder rearmar nuevas rutinas hace falta un plan.
      Un paso fundamental de este plan es reconocer cuáles son las situaciones que el paciente asocia al hecho de comer compulsivamente.
      Estas son algunas de las posibles situaciones-gatillo: 

-Situaciones de ansiedad, estrés, presión o tensión emocional.
-Tristeza, angustia.
-Aburrimiento.
-Discusiones.
-Situaciones de relax.
-Encuentros sociales, fiestas.
-Mirar televisión.
-Estar frente a la computadora.
       Cada persona debería identificar cuáles son sus propias situaciones de riesgo.
      Una vez identificadas, es fundamental anticiparse a estas situaciones mediante diferentes estrategias. Algunos ejemplos son:
1-      Estrategias de evitación (evitar ir a lugares de riesgo; no hablar de comida todo el día para no estimular las áreas vulnerables del cerebro).

2-      Estrategias de sustitución oral (comer uno o dos caramelos ácidos y beber un vaso grande de gaseosa light bien fría; beber uno o dos vasos de agua).

3-      Estrategias de acción (asociados al movimiento, como salir a caminar o realizar actividad física).
      
4-      Estrategias de relajación (realizar ejercicios de respiración, de
      relajación o yoga; tomar un baño)

      Las estrategias que sirven para una persona no necesariamente van a servir para otra. Cada uno deberá encontrar su propia estrategia, la cual debe trabajarse como una “acción preventiva”. A modo de ejemplo: un paciente que está invitado a una fiesta en la que sabe que va a haber mucha comida vive esta situación como una situación de riesgo (“riesgo de comerse todo”), por lo que deberá armar una estrategia para que le vaya lo mejor posible.
      La construcción de la estrategia requiere pensar, organizar y concretar la acción. En esta instancia es donde se puede ver con claridad el protagonismo activo. Es frecuente sentir temor ante una situación que pone en riesgo la capacidad de poder manejar la conducta alimentaria. Nadie mejor que el protagonista para armar su estrategia ya que es quien vivió esa circunstancia en otras ocasiones: conoce a las personas con las que va a compartir la fiesta, la cantidad y calidad de comida que suele haber, el tiempo que durará esa reunión. Con la mayor cantidad de datos disponibles (pensar), podrá armar la estrategia (organizar) y llevarla a cabo (concretar) el día de la fiesta.
      Puede suceder que la estrategia no haya sido exitosa. Lo más importante en la construcción de una estrategia es que es un momento de mucho aprendizaje donde el paciente se sitúa frente a su dificultad, se conecta con la tarea que tiene que hacer, con la posibilidad de éxito o de fracaso y, por sobre todas las cosas, con la posibilidad de cambio.
                                                              -Lic. Marcelo A. Bragiola-

miércoles, 18 de febrero de 2015

"La Mejor Versión de uno mismo"

Si bien lo perfecto es enemigo de lo bueno, por qué no intentar este año que comienza “la mejor versión de uno mismo”.

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Nuestro organismo está diseñado para funcionar totalmente integrado a la vida natural. Los adelantos de la ciencia y la tecnología, con cambios en el estilo de vida, nos han alejado mucho de este camino.
La persona que trabaja en el campo camina recorriendo extensas distancias verdes, se agacha para sembrar y observar la evolución de sus plantaciones, sube y baja de los tractores  fortaleciendo sus piernas, cuando cosecha se estira  realizando ejercicios de elongación sin sospecharlo.
Sin embargo, nosotros, encapsulados en oficinas, nos vamos achicando y encorvando hasta adquirir el tamaño y la forma  que nos provoca la distancia que separa nuestra silla de la computadora.

Hemos creado un mundo en el que algunos viven poco por falta de medios que hacen al bienestar... pero otros... ”mueren un poco cada día”tal vez por exceso de “bienestar” o por el estrés que significa obtenerlo.

Los efectos de nuestro desgaste ”interno” y “externo”   son el producto de la acumulación de situaciones que generalmente se van dando por el maltrato al que sometemos a nuestra biología desde edades tempranas, y la poca escucha interna que tenemos.
Pareciera que las preocupaciones tienen la habilidad de “envenenar” nuestra existencia. Generalmente constituyen un cierto hábito de pensamiento haciéndonos “sentir nerviosos” por algo que ya sucedió o el temor de que suceda en el futuro, sin permitirnos disfrutar el hoy.
Por el contrario, pensar en las necesidades del otro y ocuparnos de ello nos fortalece. Mientras más aprendemos de los problemas de los demás se desvanecen los nuestros. 

Lo importante es que debemos tomar conciencia de que la mayoría de los efectos del envejecimiento y el desequilibrio de nuestro organismo están relacionados con nuestros hábitos y por lo tanto ¡pueden ser modificados!

Una vida natural logrará resultados sorprendentes. El aire y el agua puros, la comida nutritiva, una caminata bajo el sol tibio y un sueño reparador durante la noche son elementos muy poderosos si los convertimos en hábitos. No nos engañemos, las conductas saludables pero ocasionales no se las puede considerar como hábitos. 
Jugar al fútbol una vez por semana puede exponernos a un agotamiento muscular, desgarros o a una falla cardíaca asociada a otros factores concomitantes.


Comprometerse con la moderación, es decir evitar los excesos es otro punto fundamental. Los mecanismos del cuerpo funcionan dentro de sus límites, por lo que la moderación en la comida, en el descanso, en el trabajo y en el ejercicio respeta esos límites.

Una actitud mental positiva se mancomuna a los mencionados hábitos. Tener pensamientos felices la mayor parte del tiempo causa cambios bioquímicos en el cerebro, los que a su vez tiene efectos muy beneficiosos en el organismo. 

Analizando conductas de Longevos Saludables se comprobó que hay algunas características psicológicas que se repiten en todos ellos: No les preocupa envejecer ni morir; emprenden todos los proyectos que, una vez evaluadas las posibilidades, sienten que desean concretar; sus vidas prolongadas son la suma de cada uno de los días del presente, bien aprovechados y vividos.

Comenzó un Nuevo Año, cómo vivirlo es una cuestión de elección.
Si es tu deseo, VIENTOS de SALUD puede ayudarte a construir la “Mejor versión de vos mismo”. 

Nancy Romeo, Inst. en Alimentación, Salud y Activ. física


miércoles, 31 de diciembre de 2014

Nuevo Año, Nueva Oportunidad para Elegir


      Las fiestas de fin de año –Nochebuena, Navidad, Año Nuevo- son celebraciones señaladas en el calendario donde en el imaginario social se entrecruzan sentimientos de bondad y solidaridad, tradiciones, religión, buena comida, fiestas y regalos.
      También es la época en la que el consumismo devora carteras, billeteras y bolsillos en tiendas y shoppings. 
      Es como si -casi mágicamente- por unos días desaparecieran las luchas políticas, las diferencias sociales, las guerras, la pobreza, los problemas cotidianos...
      Sin embargo, no todas las personas experimentan estás celebraciones de la misma manera.
      Para cada uno las fiestas poseen un valor simbólico y emocional por estar articuladas a recuerdos, situaciones, personas o etapas de la vida. Lo mismo ocurre con los alimentos, ya que prácticamente todo lo que comemos evoca en nosotros una valoración más allá de lo puramente alimenticio. Además de nutrirnos y protegernos contra las enfermedades la comida nos ayuda a acercarnos a los demás y a sentirnos parte de una comunidad y de una cultura, nos representa ante los demás y nos remite a nuestro pasado tanto reciente como remoto.
      Si bien existen asociaciones más o menos compartidas por la mayoría de la población, hay asociaciones más individuales ligadas a la subjetividad.
      Para la mayoría estas celebraciones son vividas con la alegría propia de fiestas que suponen principalmente el reconocimiento de todo lo bueno ocurrido durante el año, los logros obtenidos, el crecimiento experimentado. Esto hace que el año que comienza sea esperado con optimismo y pleno de proyectos.

      Para muchos la festividad del Año Nuevo es una época de “excesos”: de grasa, de comida, de alcohol…   Se trata de quienes tienden a festejar comiendo y bebiendo descontroladamente. Aquí se funden -y hasta confunden- aspectos subjetivos individuales (impulsividad, tendencias adictivas, carencias afectivas, represión contenida) con otros relacionados con el contexto cultural en el que se vive (la comida como centro principal de encuentro, por ejemplo).
      Para algunos el fin de año representa el símbolo de la propia finitud, cayendo en la cuenta que la vida no es eterna. Esto ocurre principalmente en aquellos que han vivido situaciones de pérdida significativas y cuyos recuerdos despiertan el dolor que se ha sufrido.
      Otros se sienten agobiados por las exigencias a las que se ven sometidos a fin de año, provocando sensaciones de ansiedad y estrés.
      Más allá de las situaciones personales de cada uno pensemos que no sólo finaliza un año, sino que lo más importante es que comienza otro. La principal diferencia que tenemos los seres humanos respecto a los animales es justamente nuestra capacidad de simbolización y transformación de la realidad.
      Por eso, desde Vientos de Salud, deseamos y proponemos intentar vivir el comienzo del Nuevo Año con nuevos desafíos que podemos aprovechar para iniciar –o continuar- cambios, transformando el “no puedo” (que frecuentemente quiere decir “no estoy dispuesto al esfuerzo”) por “estoy dispuesto a hacerlo” y “voy a lograrlo”, valorar los avances y logros en lugar de lamentar los errores, tomar las dificultades como un aprendizaje y no sólo como obstáculos, proponerse nuevas metas, reflexionar y transformar el “querer” en “hacer”… ¡Feliz Año Nuevo… Feliz Nueva Oportunidad!


                                                         -Lic.  Marcelo A. Bragiola-

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Querido Papá Noel: no me traigas de regalo los kilos que perdí...


Ahora que se acercan las fiestas nos conviene programar qué vamos a comer para que no lleguen con “Papá Noel” los kilos y  kilitos perdidos con tanta dedicación.
Aprendiste a comer de una manera saludablediferente de la que te llevó al molesto y preocupante sobrepeso. Adquiriste muchas habilidades que te permiten seguir adelgazando o mantener tu peso posible.
Te convertiste en un arquitecto de tu propia vida, edificaste tu “autorresponsabilidad”, reconociste tus debilidades y desarrollaste tus fortalezas. Sería una lástima que la luz que encendiste sea fugaz como la de  los fuegos artificiales.
Tampoco te vayas al otro extremo y pretendas “no probar bocado” o “no beber una gota”. Aquí van algunas sugerencias para que festejes saludablemente con alegría y sin culpa:
Aprovechá para activar las neuronas y cocinar menúes nutritivos, sabrosos y reducidos calorías. Hay muchas recetas dando vuelta en el mercado (revistas, TV, páginas de Internet, libros etc.)
Podés preparar tragos sin alcohol (con jugos y gaseosas diet y amargos Light). Si decidís tomar alcohol, comé algo antes y programá lo que vas a tomar; agregar bastante hielo al vaso puede ayudarte.

Si pasás las fiestas fuera de tu casa, te sugiero comer algo antes de salir, en la reunión elegí los alimentos menos engordantes y procurá conversar lejos de la mesa. 
Realizá las comidas diarias que te indica el plan, no juntes apetito para la Noche Buena o Fin de Año.
Considerá además que existen los festejos pre-fiestas, por lo que es importante planificar los “opcionales”. Para ello, ser más realista es “poner límites concretos”. Por ejemplo: una copa, un sandwich, una porción chica de pan dulce.
Casi siempre cuando llegamos a la mesa dulce  estamos más que satisfechos, pero la inercia nos lleva a seguir incorporando las costumbres de los países del norte y nos atiborramos de calorías. Recuerda que:
1 copa de sidra, 1 porción de pan dulce, 1 trozo pequeño de turrón, 5 almendras y 2 nueces, suman un total de: 660 calorías
1 copa de champaña, 1 porción de budín, 1 pocillo de garrapiñadas y 3 higos secos, equivalen a 600 calorías.
Si bien sabés, que contar calorías continuamente no es nuestra costumbre, estos datos pueden orientarnos.
No es imprescindible comer y beber todo lo que se ve para disfrutar. Comprometerse con la moderación y comer sólo lo que se quiere es el modo de obtener lo mejor de cada momento. Se puede adelgazar, mantenerse y gozar de los sabores y los afectos.
Gracias por compartir con nosotros este año, por tu confianza, la escucha atenta, el corazón abierto y tu actitud positiva para el cambio.
¡Feliz Navidad! y  un ¡Soñado Año Nuevo!.

Nancy Romeo 





jueves, 11 de diciembre de 2014

Algunos mitos sobre el cigarrillo

      Que el tabaco me tranquiliza, que yo fumo poco porque casi todo el cigarrillo se consume en el cenicero, que... En realidad nada de esto es así y forma parte de un arraigado decálogo de mitos de nuestra sociedad.
      Según la Real Academia Española una de las acepciones para la palabra mito es "persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen".
      Podríamos agregar que los mitos están relacionados con las falsas creencias, las cuales determinan la forma en que interpretamos los acontecimientos. Se toman como totalmente válidas, correctas.
      En el contexto de las adicciones en general  -y del tabaquismo en particular- sirven de argumento, justificación o excusa para mantener el hábito.
      Vamos a detenernos en algunos de estos mitos:

      -"El tabaco me tranquiliza...". 
Verdad: esa "tranquilidad" se debe a la acción central del tabaco, pero desaparece cuando los niveles de nicotina en la sangre disminuyen y dan paso al sindrome de abstinencia.
      En realidad, lo que ocurre es que la nicotina calma los síntomas de la abstinencia más que los "nervios". Por eso decimos que el cigarrillo constituye una "trampa química".

     



      -"Yo fumo poco porque casi todo el cigarrillo se consume en el cenicero...".
Verdad: el fumador que deja quemar el tabaco en el cenicero procurando hacer menos pitadas, va a respirar mayor concentración de cancerígenos porque el humo que se desprende de la porción final del cigarrillo es más tóxico que el que se inhala directamente al fumar a través del filtro. El primero tiene el 85 % de los tóxicos.
      El humo ambiental del tabaco (HAT) contiene más de 4000 productos químicos irritables o tóxicos, de los cuales unos 50 son cancerígenos.

      -"Yo no dependo del tabaco, puedo dejar de fumar cuando quiera...". 
Verdad: pruebe dejar de fumar en una situación cotidiana, no cuando esté enfermo, y verá que es más difícil de lo que pensaba. Todo fumador es dependiente aunque fume poco.
      El tabaquismo es una adicción muy poderosa y la mayoría de las personas no puede manejarla simplemente con la voluntad. La nicotina es tan adictiva como la cocaína y la heroína.


      -"No noto que me haga tanto daño. Tendría que fumar mucho más tiempo para notar los efectos negativos del tabaco...". 
Verdad: la sola acción de fumar un cigarrillo produce -a los 8 segundos- un aumento de la tensión arterial sistémica que dura 15 minutos y una elevación de la frecuencia cardíaca de 10 a 15 latidos por minuto. Puede que usted no note el daño, pero su organismo sí que lo detecta.

      -"Conozco personas fumadoras que tienen más de 80 años...". 
Verdad: está absolutamente demostrado en innumerables estudios científicos que el tabaquismo es la primera causa prevenible de enfermedad y muerte prematura. Esto no significa que no ocurran excepciones, pero se sabe que la expectativa de vida se reduce un promedio de 8 años en los fumadores de 40 cigarrillos diarios.
      Este mito se construye a partir de los sobrevivientes que están lejos de representar a la totalidad de los fumadores. Uno no ve envejecer a los que han muerto a causa del tabaco.

      -"Si dejo de fumar engordo". 
Verdad: no todos los que dejan de fumar aumentan de peso. Está comprobado que 1/3 de ellos engorda, 1/3 adelgaza y 1/3 no cambia de peso.
      El aumento de peso se debe fundamentalmente a un mayor incremento de la ansiedad que muchas personas intentan calmarla con comida -como sustituto del cigarrillo- y, en menor medida, a un cambio matabólico. Además, la recuperación del gusto y del olfato aumentan el disfrute de los alimentos.


      Sería importante comenzar a "desarmar" algunos de estos mitos y plantearnos la posiblidad concreta de dejar de fumar, si fuera necesario con ayuda de un tratamiento de cesación tabáquica.
                                                           
                                                    Lic. Marcelo A. Bragiola


domingo, 30 de noviembre de 2014

Si querés bajar de peso disfrutá de la comida!!!


-¿Comés para alimentarte y disfrutar o devoras hasta sobrepasar los límites? ¿Cenás frente al televisor y al terminar te sentís como si no hubieras comido? ¿Desayunas de pie y apurado? ¿Te tomás un tiempo para hacer la merienda sin leer o trabajar?

Aprender a saborear la comida es un gran paso en el camino de crear e instalar nuevos hábitos que te ayuden a bajar de peso.

Comer conscientemente,  usar los sentidos procurando identificar la textura, olor, sabor del alimento te ayudará. Masticar lenta y cuidadosamente como si fuera la primera vez que lo probás te permitirá desautomatizar el acto de comer y disfrutar la comida.

 La orden que nos señala que estamos satisfechos tarda aproximadamente 20 minutos en llegar al cerebro, por lo tanto si  deglutimos rápidamente ¿Cuánta comida incorporamos en ese lapso?

Es fundamental reemplazar privación por moderación. Tal vez asocies  el término “dieta” con la privación y con  los alimentos “no permitidos”. Si es así,  pensá que no estás a dieta sino que estás aprendiendo a comer saludablemente.
Ser moderado no es lo mismo que privarte. Prohibirte comer un alimento que te gusta no sólo es innecesario sino que, además, puede ser uno de los factores que te conduzcan al fracaso en el arte de una nueva forma de comer.
 “Amigate ” con los alimentos, la comida no es la culpable de tu exceso de peso. Lo importante es encontrar el equilibrio y estar en armonía con lo que elegís comer. La actitud que adoptes cambiará tus conductas y de esta manera podrás enfrentarte a cualquier situación social que presente una mesa tentadora.
Aprender a comer vs  dietas restrictivas. El fracaso de las dietas, por lo general, no va seguido de resignación y acomodo a la realidad del cuerpo que nos tocó en gracia. Más bien promueve culpa, angustia y rechazo de uno mismo.

La educación alimentaria te permitirá bajar de peso disfrutando de la comida, encontrar herramientas y aplicar estrategias para utilizar diariamente y en momentos especiales.
Realizar la actividad física que nos resulte placentera
, escuchar nuestro cuerpo, prestar atención a  nuestras emociones y pedir ayuda complementan necesariamente el camino hacia nuestro objetivo. 

Nancy Romeo (h) Inst. en Alim. Salud y Activ. Física